Nuestra prueba a dos jugadores del DLC de Dying Light necesita una pausa. La culpa es del responsable de Techland, que nos ha hecho pararnos a discutir sobre qué modo de control es el bueno al vernos a uno con el mando y al otro con ratón y teclado. La localización es el tejado de una granja, el arma es un arco recién adquirido y el objetivo son las miles de cabezas de los no-muertos que hay en el campo bajo nosotros.
Hay un marcador en la pantalla que lleva la cuenta. Detrás de la valla que marca los límites de la granja hay un enorme sandbox listo para ser explorado. El caserón que separa la civilización y el mundo salvaje tiene un muro de unos 15 metros de altura, así que estamos tan estancado que hemos tenido que empezar el reto una y otra vez.
"Eh... cuando estéis listos", un poco de aliento. Todavía nos queda mucho por ver y solo tenemos una cita de unos minutos. Cargamos nuestras armas y nos volvemos otra vez a la refriega, que se acaba convirtiendo en una competición por ver quién supera al otro a base de patadas voladoras a estos enemigos vacilantes. Creemos haber escuchado una sutil señal.
Para ser sinceros, el diseño de este DLC llama a la competición haya o no alguien en la misma pantalla como rival. Podría ser la grandeza de The Following, porque después de seis meses mejorando las habilidades de parkour y poniendo a raya a los zombis en el modo principal el reto se acaba quedando en eso, en ser mejor que otra persona que esté contigo al lío.
Hemos salido a una zona rural del país a investigar una plaga zombi, y cómo conecta de alguna manera con un culto a la reina del sol (los creyentes pueden estar pirados pero tienen unos buenos artistas haciendo ilustraciones y adornos, que más bien podrías considerar tatuajes). Hay un misterio en el que también se cuelan de alguna forma unos bandidos, y que hay que tratar de resolver lanzándose a ese horizonte, aunque de momento nos hemos decantado por estirar un poco el cuerpo y aprender a usar las habilidades nuevas.
La demo empieza escalando por la cornisa de una caverna antes de plantarte de repente en el saliente del lateral de un precipicio. Las plataformas son tan pequeñas que solo podemos correr por ellas en fila. Se supone que tenemos que tener cuidado pero en seguida se convierte en una carrera en la que no dudamos en cortar las curvas por el interior y en probar la distancia máxima que alcanzan los saltos para llegar antes que el otro. Y de repente llegamos al final, a un lago que está unos cuantos metros más abajo y al que los dos nos lanzamos raudos sin que ni siquiera el responsable de Techland pueda parpadear por nuestro comportamiento temerario.
Y sigue la pelea.
Sigue mientras corremos a toda velocidad los senderos que cruzan los campos de cultivo. Hay algunos dientes de zombi que pasan cerca de darnos un bocado, pero se ha convertido en algo secundario cuando el único objetivo es llegar antes que el supuesto personaje cooperativo con el que estamos. Y sigue cuando cogemos las Uzis (que, como el arco, es una respuesta a la demanda de los fans por armas de alcance), y cuando nos colamos en un granero y robamos unos buggies.
Vamos a por más tiros en la cabeza, a por más muertes y a por más explosiones. Con Dying Light: The Following instalado puedes cambiar entre el juego principal y el DLC en cualquier momento, aunque sus creadores recomiendan jugarlo cuando tienes los personajes en niveles elevados. La experiencia no es imprescindible pero sí es necesaria. Se progresa a medida que se va compitiendo.
Los buggies van a ser nuestras monturas principales durante todo el DLC, porque en las zonas abiertas es mejor ir sobre ruedas que avanzando a base de patadas y carreras. Como era de esperar, tienen una suspensión decente y permiten marcar en el mapa el destino y realizarlo a base de puntos de control que brillan en la carretera. Lo habéis adivinado, esto se acaba de convertir en una carrera.
Es muy satisfactorio escuchar el crujido de un zombi al ser atropellado a toda velocidad, y como los maizales están muy altos y apenas se ve unos metros más allá, no es que quieras hacerlo a propósito, es que te los llevas por delante. Por aquí y por allí hay algunas rampas que invitan a pegar unos buenos saltos en busca de aterrizajes, cómo decirlo, acolchados. En una de esas caigo en un charco de barro, justo cuando se me un icono azul que parece señalar la meta. Esta vez toca el segundo puesto, solo queda un último salto y está listo.
Pero algo va mal, el aterrizaje va a ser sobre un mar de zombis, ya no está tan claro quien va a terminar hecho papilla. Justo antes de caer la pantalla va a negro, aparece un pequeño tráiler y termina la demo.
El chico de Techland lo sabe, lo ve en nuestras miradas. En cuanto el DLC esté disponible vamos a seguir con esta pelea para determinar quiénn sale vencedor. The Following está incluido en el pase de temporada aunque en principio no estaba previsto o no dijeron nada, así que seguro que hay mucha gente haciendo el bruto en estas tierras infectadas. Para el resto de usuarios el precio son 14,99 euros.