Como ya han demostrado los juegos inspirados en los universos de The Legend of Zelda y One Piece, las mecánicas de Dynasty Warriors pueden casar con casi todo y dar un buen resultado comercial.
Para entrar con fuerza en occidente la historia tradicional china del Romance de los tres reinos no ha sido el mejor camino hasta la fecha. Pero una ambientación más faciliar bien dopada de contenido fan service sí tiene la llave de acceso a multitud de consolas. Omega Force, el estudio de Koei Tecmo especializado en el subgénero musou, consiguió convertir Hyrule Warriores en una especie de "lo mejor de Zelda" a base de reunir personajes, enemigos y escenarios de toda la saga. Y aunque no había puzles que resolver y los enemigos se contaban por cientos en lugar de por unidades como es costumbre, el juego de Wii U logró un grado de autenticidad más propios de los propios de Nintendo.
Así que, como es normal, Omega Force lo va a seguir intentando con otras opciones. La siguiente franquicia en pasar por su salón de cambio radical es Dragon Quest Heroes. Su estreno en Japón fue un éxito, con unas 800.000 copias ya vendidas que le han asegurado una secuela. A Europa llega este otoño la primera entrega y por fin hemos podido probarla en un código muy cerca del definitivo.
Es una adaptación de "la otra" gran franquicia RPG de Square Enix y se presenta de una forma parecida, con una mezcla de personajes y enemigos conocidos más alguna cara nueva. Además, no cae en el camino fácil de que todo sea mata-mata repetitivo, porque el estudio ha integrado algunos elementos roleros con los que camelarse a los fans de Dragon Quest. La aventura da la opción de mejorando a los personajes, conseguir nuevas armas y armaduras, configurar equipos y capturar enemigos para que se unan al bando de los buenos.
También conserva esa parte cercana a través de una buena dosis de conversación entre los personajes cuando van de una misión a otra. Hay mucho diálogo, que es el que ha obligado a postergar el lanzamiento estos meses, pero que ha servido para añadir voces a un reparto que transmite un guión divertido y alegre. Pero cuando empieza la acción las únicas que toman la palabra son las armas.
Dragon Quest Heroes son carreras y combates continuos en entornos que han sido recreados con el estilo visual tan característico que tiene esta saga. El propio juego te va señalando hacia dónde hay que ir en la pantalla para no perder el tiempo. Hay un repertorio bastante amplio de ataques y combos que dependen de si prefieres jugar de forma más individualista o en grupo. De esta decisión también depende que la cámara pueda fijarse a un blanco o no, lo que provoca en ocasiones algunos ataques fallidos y golpes al aire o al bulto en lugar de a un enemigo concreto.
La capacidad de conseguir y controlar monstruos le da un toque táctico adicional al combate. En un Dynasty Warriors, jugar de forma inteligente significa saber cuándo y dónde hay que abrir una brecha en un campo de batalla caótico, saber moverse entre las zonas de lucha y colocar a los aliados de forma correcta o defenderles antes de que huyan. Controlar los combos y poderes especiales del personaje es imprescindible para ganar peleas, pero no es suficiente para triunfar en la batalla. Son juegos de estar en el sitio correcto en el momento adecuado.
Pero en Dragon Quest Heroes hay un elemento distinto y es que la captura de criaturas aumenta el número de tropas de apoyo que van a estar de tu lado en cada refriega, cada una con su propia barra de vida. Eso sí, no caben todos, hay que hacer una selección previa antes de comenzar la misión y las plazas para cada ocasión están limitadas. Además, cada monstruo tiene un valor específico con el que hay que contar y compensar.
Omega Force nos propuso poner en práctica esta habilidad en una secuencia introductoria en la que había que defender un generador situado en una sala con dos entradas. Aunque no se trataba de un escenario demasiado grande, el número de enemigos que iban apareciendo sí lo era, y además salían de los dos lados al mismo tiempo. Como siempre, el truco está en controlar a las multitudes, así que mientras tú te dedicas a dar la batalla en una de las posiciones, la táctica te dice que coloques a tus nuevos aliados recién convertidos en la otra para que resistan hasta que logres limpiar tu lado. En este caso es extremadamente simple, habrá que ver hasta dónde da de sí esta mecánica en misiones futuras.
Como ya nos pasaba en Hyrule Warriors, Dragon Quest Heroes te hace pasar un buen rato. Lo que nos preocupa es cuánto tiempo puede durar esta diversión a medida que avanzan las partidas. El problema con los juegos musou es que te canses de aporrear botones, ya que lo único que varía es lo que vas evolucionando y los personajes que vas encontrando. Al menos parece que este enfoque de franquicia conocida hace que se lleven mejor las incesantes oleadas de enemigos.
Hay algo raro que no se nos puede pasar, y es que no haya un multijugador cooperativo en un título como este que trae de por sí un equipo de personajes para controlar. Parece ser que esa va a ser una de las novedades de la secuela. Por el momento, en occidente tenemos este Dragon Quest Heroes: The World Tree's Woe and the Blight Below (que es como se llama de verdad el juego) golpeando en PS4 este mes de octubre, y nuestro análisis en esos mismos días.