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Diablo II: Resurrected

Análisis de Diablo II: Resurrected

Tras más de 20 años, este ARPG clásico sigue siendo verdaderamente fascinante. Los jugadores de consolas por fin podrán perseguir al oscuro viajero.

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Diablo II: ResurrectedDiablo II: Resurrected

Si hay algo que aprendí del Diablo II original, aquel que podía ocupar aproximadamente 1 GB de espacio, es que "en la ciudad, no". No es buena idea invocar gólems de sangre y ejércitos de esqueleto con tu nigromante de nivel 50 en mitad de un pueblo. Mejor llevárselos a combatir a Mefisto, Baal y el propio Diablo en un RPG de acción clásico de esos que se convierte en leyenda.

Vicarious Visions trae de vuelta aquel que ayudó a muchos a iniciarse en el rol occidental 21 años más tarde con Diablo II: Resurrected. Una ocasión perfecta para viajar al pasado sin Delorean de por medio, como también para que muchos por fin se quiten esa espinita de haber pasado por alto o ni siquiera haber nacido cuando muchos descubrieron que lo de las vacas locas podía ser más que una enfermedad.

El equipo, bajo el paraguas de una Activision Blizzard que ahora mismo puede sacar poco pecho, ha adaptado por primera vez para consolas este videojuego, a la vez que pone al día todo su apartado técnico. Vicarious ha cogido todos aquellos antiguos sprites y los ha reconvertido en modelos y escenarios 3D en una renovación que luce infinitamente mejor que hace décadas, por mucho que la nostalgia nos diga lo contrario.

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Juegos de luces y sombras, paletas de colores lúgubres, un diseño de lo más emblemático y unos valores de producción que ya habría querido tener Diablo III. Esta remasterización es abrumadora en este frente, y no hace más que mejorar a medida que avanzas hacia Lut Gholein y te adentras en el desierto de Aranoch o exploras los pantanos de Kurast. El diseño artístico se crece con el paso de las horas y logra ser cada vez más brutal, visceral y demoníaco. Es un perfecto reflejo del descenso a la oscuridad en la aventura y, con esta revisión, lo deja todavía más claro.

La mejor forma de descubrir el salto de calidad que hay en el apartado gráfico es el modo clásico, que se puede activar en cualquier momento y "al vuelo". Puedes alternar entre los gráficos modernos y a 4K y los antiguos a una resolución de 800x600 o de 640x480 con tan solo presionar una combinación de botones. Es impactante las primeras veces, como un golpe de realidad que quita la nostalgia de encima en décimas de segundo, pero también sorprende ver que su diseño era tan característico que todo es igualmente reconocible en el Diablo 2 de ahora y el de hace dos décadas.

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Pero hasta ahora solo estamos hablando de lo que más llama la atención al empezar a jugar, los gráficos del remaster y el poco miedo que tiene a quitarse, o ponerse, las arrugas. En su interior, la remasterización sigue siendo el juego de siempre, una mezcla entre rol y acción que desencadenó el fenómeno de la espiral de 'looteo' en los RPG. Matas a tus enemigos, cosechas experiencia y coges más objetos y equipamiento para mejorar a tu personaje, o para vender y ganar oro a espuertas. Sigue habiendo un total de siete clases entre las que elegir: Amazona, Bárbaro, Nigromante, Paladín y la Hechicera, con el Druida y la Asesina de la expansión Lord of Destruction también incluidos.

A lo largo de la aventura, cualquiera de estos personajes que escojas (cuidado, porque si creas un personaje en local no podrás usarlo online, y viceversa) tiene por delante la tarea de seguir los pasos del Vagabundo Oscuro, alguien muy relacionado con el primer Diablo, que está viajando al Este de Santuario mientras corrompe todo aquel y aquello con lo que se cruza. Es nuestra misión averiguar cuál es su cometido y evitar que lo consiga, porque podría liberar el mal sobre todo el mundo. La campaña extra de LoD, incluida aquí, hace las veces de epílogo complicando todavía más las cosas.

Historia para muchos clásica y para otros muchos también sorprendente por cómo juega con la trama de la franquicia. Quienes hayan pasado mucho tiempo jugando al último título de la serie, Diablo III, pueden descubrir que, aunque luzca con un estilo tan oscuro y llegue más tarde, Diablo II Resurrected da varios pasos atrás en cuanto a mecánicas y calidad de vida. Sus combates son mucho más rígidos y no puede incorporar nuevas mecánicas porque su telón de fondo sigue siendo el juego original. Por eso mismo, entre otras cosas, no tiene cooperativo a pantalla dividida.

Uno de sus aspectos más interesantes, aparte de la tonelada de posibilidades del sistema de equipamiento, las piezas que puedes encontrar y cómo de dura se vuelve su dificultad con el paso de las horas, es cómo plasma la muerte. Al caer, dejas tu cadáver junto con todo tu equipamiento y dinero en el lugar donde mueres. Si quieres recuperarlo, tendrás que volver a ese sitio con lo que puedas encontrar por el camino o guardaras en tu alijo. Es como un paseo de la vergüenza, pero más cruel y duro. Al menos, si te matan durante este trayecto, sigues teniendo la posibilidad de recuperar las cosas de tu primer cadáver. En el fondo Diablo no quiere ser tan malo.

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Y nada de eso cambia en Diablo II: Resurrected porque es el mismo juego de cibercafés y los últimos estertores de los disquetes. A sus preciosos gráficos hay que sumar la adaptación a consolas, que es lo más novedoso de este lanzamiento. Ya resultaba curioso imaginar cómo se podrían adaptar los controles de un juego tan orientado al PC a un mando de Xbox, uno de PlayStation o los Joy-Con de Switch, y el resultado, sin ser malo, dista de ser el ideal.

Los hechizos deben vincularse a determinados botones y las pociones al D-Pad, ciertas acciones del inventario se alternan entre pulsaciones o mantener pulsados botones y a veces dan pie a confusiones. Aunque lo peor, sin lugar a dudas, es coger objetos. Hay que ser un auténtico héroe para poder coger un ítem concreto de entre toda una pila de objetos. Es hasta más difícil que acabar con todos los enemigos que los han soltado. Es algo que no pasa con la dupla de teclado y ratón, pero con mando es el verdadero infierno. Quizá por eso se ha ampliado el inventario, aunque no estaría de más una actualización que ofreciera alguna solución.

El cambio en el inventario es solo uno de tantos reajustes de calidad de vida, como que las pociones vayan directamente al cinturón o que el oro se coja automáticamente. Puristas, no os preocupéis, todo eso se puede desactivar para jugar como antaño. Vicarious Visions también ha ampliado las opciones de accesibilidad, antes inexistentes, para que se pueda modificar el tamaño de las fuentes de texto o cambiar las asignaciones de botones, amén de reajustes en la experiencia online y el progreso cruzado entre distintas plataformas. Una pena que no se haya implementado nada para localizar a tus compañeros cuando jugáis juntos online. Es fácil perderos en el fragor de la batalla.

Con todo esto, Diablo II: Resurrected es un diabólico regalo para los fans veteranos y, quizá les mira demasiado a ellos. El juego que vino después, sin ser una joya del género, le hace envejecer mucho a nivel de mecánicas y comportamiento; pero ni se le acerca en diseño y ambientación. Si te animas a embarcarte en este viaje por Santuario, debes saber que es el mismo de hace 20 años, con poquísimos retoques, porque quiere ser fiel a la aventura que marcó a una generación y a un género. Puedes incluso jugar al de entonces aquí, con sus pixelotes y su falsa perspectiva.

Elijas lo que elijas, descubrirás por qué Blizzard ha decidido traer a Diablo de vuelta y resucitarlo. Es único en su especie, y su lavado de cara no hace más que demostrarlo y avivar las esperanzas de cara al futuro. Si Diablo IV sigue esta línea, lo queremos con nosotros ya.

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07 Gamereactor España
7 / 10
+
La calidad gráfica de los entornos es impresionante. El modo clásico "al vuelo" es un viaje al pasado instantáneo. El núcleo de gameplay es tan desafiante como siempre. Las mejoras de calidad de vida le sientan de maravilla...
-
... Aunque podrían haber sido más. El progreso y la personalización están algo desfasados. Jugar con mando a veces es un poco confuso y complicado. Le cuesta arrancar.
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países

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