Análisis de Decarnation

Descarnation es un poco como esos thrillers con drama en las películas. Aunque las escenas que aparecen son completamente perturbadoras, te mantienen pegado a la pantalla hasta llegar al final. El título de Atelier QDB consigue con buen acierto presentarnos una historia truculenta como pocas en el mundo de los videojuegos, en la que la protagonista Gloria cae poco a poco en una espiral disociativa en la que le cuesta discernir qué es real de lo que no a cada paso que da.

No es que tenga una mala suerte, es que la historia de Gloria bien podría ser la de cada mujer que vive sola y tiene que salir cada día a enfrentarse a este mundo. Los temas como las relaciones personales, el abandono de las pasiones en pos de la estabilidad y tener que mantenerse alerta (casi de forma inconsciente) ante una posible agresión por un hombre son cosas que nuestra sociedad actual no tolera, pero que tampoco ataja. Una espiral que soy incapaz de comprender en su totalidad, pero que seguro que las jugadoras si apreciarán.

No me malinterpretéis, Decarnation nos presenta también un estilo artístico muy cuidado y rico, con un píxel art con muy pocos juegos a su nivel. De hecho, había momentos en que pensaba que algunas escenas incluso mejoraban lo que vimos en Eastward. La paleta de colores es agradable incluso en las escenas donde Gloria explora sus peores pesadillas, y el sentido de la narrativa funciona muy bien con los gráficos. Al principio pensé que este planteamiento solo obedecía a una cuestión de limitaciones técnicas, pero luego entiendo que también es una forma de amortiguar los difíciles temas que aquí se tratan.

La pena es que la parte jugable tiene un impacto mínimo en la historia que nos están contando. Por lo general, solo tendremos que llevar a nuestra protagonista de un lado a otro e interactuar con personajes y objetos con diálogos establecidos, y no hay ningún componente de exploración o ruta secundaria que seguir. Decarnation quiere contarte su historia, y no hay otro rumbo a seguir. Por un lado, evitas distracciones sobre el drama, pero he echado en falta más componentes que me llamen a interesarme por el mundo.

Las partes más interactivas se centran en los momentos en los que vemos la "otra realidad" de Gloria, en la que debemos enfrentarnos a monstruos y situaciones (de nuevo, de forma lineal, mientras ella trata de ordenar sus pensamientos)pulsando un botón y moviendo el stick en la dirección que nos marca la pantalla. En este punto además debo añadir que este control no me parece el mejor para preservar la integridad de los Joy-Con en la versión para Nintendo Switch que recibimos para analizar, y, por tanto, desconozco cómo ha resuelto esto con el mapeado con teclado y ratón. Podrían haber utilizado el mismo planteamiento con pulsaciones coordinadas como en las escenas del cabaret (Gloria es una bailarina al comienzo de la historia) y quizá haber aprovechado para realizar una progresión mientras la mente se va rompiendo más y más.

Al margen de esto, y por la sencillez de su jugabilidad, no he tenido ningún fallo en toda la aventura, salvo alguna línea de localización perdida, a pesar de que nos advertían que podíamos encontrar algún problema más. Un mérito extra para un equipo de desarrollo tan pequeño.

Decarnation me ha llevado hasta el final de su historia precisamente por el atractivo de su narrativa y cómo ilustra los temas tan complejos y difíciles que trata. Esa debería ser la principal razón para que los jugadores le den una oportunidad. Por otro lado, quizá aquellos que busquen una experiencia más interactiva se van a encontrar con que Decarnation solo araña la superficie.