Análisis de Dead or Alive 5

Tetas. Una palabra que podría resumir todo el debate pre-lanzamiento de Dead or Alive 5. El grupo responsable del juego, Team Ninja, demuestra que ha estudiado la forma de los pechos y su movimiento mejor que nadie, invirtiendo grandes sumas de dinero para que sea realista (o al menos muy llamativo) en sus juegos. Pero si bien mirar tetas puede ser muy entretenido y agradable, resulta preocupante que no se halla hablado un poco más sobre mecánicas de combate y evolución en la jugabilidad de cara a la nueva entrega. En poco tiempo con el producto final queda patente que algo no salió del todo bien.

Para mí, la serie Dead or Alive siempre ha significado lucha estratégica, una lucha en la que los combos y los agarres son más importantes que en otros juegos, pues podías, mediante unos medios muy sencillos, contrarrestar a tu rival y ganar. Aporrear los botones, por lo tanto, es algo que siempre ha penalizado de forma severa.

Eso hasta que empieza el segundo round. El intuitivo sistema de combate y la acción sin descanso también ha convertido a DoA en todo un favorito entre los que no suelen echar demasiado tiempo con los juegos de lucha, pero que de vez en cuando quieren descargar unos cuantos puñetazos.

Esto último es algo que la serie Dead or Alive tiene en común con la serie Soul Calibur, y quizás por ello sean dos series que la comunidad de jugadores de lucha "expertos" no acaba de tragar. Sin mucha razón por cierto, pues DoA puede ser tan divertido y complejo como las otras grandes franquicias lo pongas en manos de quien lo pongas, y de hecho siempre ha estado en mi top 3 del género.

Pero en algún momento del desarrollo parece que el Team Ninja perdió el rumbo con esta entrega. Dead or Alive 5 termina siendo un juego menos fluido que sus predecesores. Es complicado alcanzar la misma soltura y dinamismo en las peleas, y al final va como a trompicones. Durante muchas animaciones largas no puedes coger al rival, por lo que recuerda a las experiencias con los juegos de lucha 3D de hace una década.

Donde se observa una particular regresión es en la posibilidad de rodear al oponente. Es como si el Team Ninja estuviera tan orgulloso de sus nuevos escenarios que las cornisas fueran magnéticas, para que te caigas y sigas peleando abajo. Por culpa de estos cambios me ha llevado un buen rato hacerme con el juego y sentirme completamente cómodo con un nuevo sistema que incluso incluye ataques especiales para mandar a tu rival por los aires al siguiente nivel del escenario.

Team Ninja lleva un tiempo asegurando que querían que los decorados tuvieran un papel mucho más importante en los combates, pero por desgracia esto lo que hace es separar la experiencia de lo que más importa. Deberían haber invertido más esfuerzo en las mecánicas esenciales, en lugar de añadir extras por encima.

Con esta decepción, quizás todo suena demasiado negativo. La serie Dead or Alive es lo primero para un montón de fans, así que este tono se debe a que creo que da un paso atrás, en lugar de al frente. Y teniendo en cuenta cómo terminó Ninja Gaiden 3, no queda claro si el Team Ninja de hoy se puede llegar a comparar al Team Ninja que nos conquistó a tantos antaño.

Dicho esto, los fundamentos siguen ahí, y me encanta la excelente selección de luchadores de esta entrega.

Sigue siendo igual de divertido lanzar Izuna Drops con Hayabusa, mientras que Ayane, Kasumi y el resto de la pandilla nunca estuvieron tan bien hechos. El nuevo Team Ninja ha hecho un trabajo excepcional con los luchadores; probablemente tienen un acabado visual superior al de cualquier otro juego de lucha, en gran parte gracias a unos rostros más realistas y unas ropas increíblemente detalladas. Ropa que incluso se mancha y se humedece según avanza la pelea. La nueva luchadora española, la joven Mila experta en artes marciales mixtas, es un fichaje bienvenido y aporta un toque contemporáneo al grupo.

Y como viejo fan de SEGA no puedo evitar las apariciones de Sarah Bryant y Akira Yuki como personajes invitados de Virtua Fighter. El padre de Dead or Alive, Tomonobu Itagaki, ha comentado en más de una ocasión su respeto e inspiración en la serie de SEGA, por lo que resulta una combinación natural. Ambos personajes encajan perfectamente en el juego y también se han ejecutado con destreza, por mucho que su manejo sea (obviamente) muy distinto al de Virtua Fighter 5.

Con unos personajes con tantísimo detalle, el Team Ninja debía recortar por otro lado. Por lo tanto, encontramos algunos dientes de sierra que casi nos recuerdan a cuando Virtua Fighter 4 salió para PlayStation 2. Los fondos también están un poco vacíos y son simplones desde el punto de vista técnico. Una pena que el genial trabajo de iluminación sea incapaz de maquillar esto.

Al final, Dead or Alive 5 no termina siendo una experiencia tan completa. Hay que recordar que el Team Ninja no está compuesto en su mayor parte por gente que tenga experiencia en juegos de lucha de este calibre. Se han centrado en mejorar la superficie y añadir extras 'chulos' que no tienen mucho que ver con la experiencia central... y que en ocasiones la llegan a estropear. No puedo evitar sentirme decepcionado, aunque sea un buen juego de lucha en líneas generales.

Después de pasar el mes anterior con Tekken Tag Tournament 2, queda claro lo anticuado que queda Dead or Alive 5 a su lado, por mucho que se vea tan espectacular (y esto lo dice un enorme fan de DoA). Sigue funcionando, pero casi no hay avances desde Dead or Alive 4 (2006) más allá del acabado visual y las leyes físicas que rigen el movimiento de las tetas. Cuando algo es más atractivo por fuera que por dentro, no suele merecer tanto la pena.