Crítica de The Boys - Temporada 3

Es de locos pensar que ya hace casi dos años desde que salió el último episodio de The Boys, pero así es. La temporada 2 terminó a principios de octubre, y ahora la tercera está a punto de arrancar 20 meses más tarde, y vaya si la espera se ha hecho larga. Por mi parte, he echado de menos las travesuras salvajes de esta serie y la forma que tiene de no guardarse nada, así que puedo decir que tengo muchas ganas de que salga la temporada 3. Ahora que ya está aquí, he tenido la oportunidad de anticiparme al estreno, y tengo muchos pensamientos sobre el caos que está por venir.

Si ya habéis visto The Boys antes o estáis al día en esta serie de superhéroes, os alegrará saber que esta temporada 3 pretende seguir los mismos pasos que las anteriores. Lo que quiero decir es que se trata de la continuación de una historia que ofrece una visión polarizada sobre cómo creemos que deberían ser los superhéroes. Una historia que muestra a estos personajes nobles y poderosos como individuos viles, terribles y hedonistas que miran a los humanos "normales" como unos seres inferiores. También es una historia relacionada con el marketing y las relaciones públicas, ya que lo que se nos muestra es una idea de cómo la América corporativa esconde sus actos más horripilantes para proteger a unos superhéroes famosos que impulsan la economía y a su compañía de creación de superhéroes, Vought. La temporada 3 no es distinta de las anteriores, pero lo que se ve de forma clara es que se aproxima una caída que llega cuando los hombres del traje, liderados por un Giancarlo Esposito que hace de Stan Edgar, se pasan de la raya y llevan al límite al hombre más poderoso y mortal del planeta Tierra.

Hablamos, por supuesto, de Patriota, protagonizado por Anthony Starr, ya que esta temporada vuelve a girar alrededor del jefe de los Siete. Sin embargo, a diferencia de las anteriores, en esta se nos muestra al Patriota más débil a causa de lo sucedido en el final de la segunda temporada, en la que no solo están a punto de asesinar a su novia, Torrencial, sino que además se desvela en público que es fascista. Sobra decir que la reputación de Patriota se ve mermada, y poco después la directiva de Vought quiere trasladar a su cabeza de cartel a un papel más secundario. Esta decisión hace que al "superhéroe" se le crucen los cables y que esté a punto de arrasar con todo el que se le ponga delante.

Teniendo al hombre más poderoso del mundo desquiciado, esto provoca que Billy Carnicero (Karl Urban) busque apagar el fuego con más fuego. De esta forma, se establece un escenario para esta temporada en la que The Boys y otros rebeldes de Vought International tiran de sus hilos para buscar cómo neutralizar a la amenaza que supone Patriota, sea como sea.

Como ya he mencionado antes, el foco central de esta serie no es diferente a lo que ya hemos visto hasta ahora. La lucha contra Patriota, los encubrimientos y el estilo de vida de los superhéroes de primera clase siguen presentes, pero no se puede negar que esta temporada tiene unos matices más oscuros debido a la gravedad de lo que se está cociendo. Es un desarrollo agradable, pero al mismo tiempo nunca tienes la sensación de que los personajes importantes puedan acabar mal, lo que le quita algo de peso a los mejores momentos de la temporada.

De la misma forma, el ritmo no es precisamente el punto fuerte de la serie, ya que parece que esta tercera temporada tarda mucho en presentar los momentos más impactantes de la historia, y cuando lo hace aparecen de una forma tan rápida e intensa que es fácil perder el hilo. Además, no ayuda el hecho de que haya tantos hilos narrativos únicos que se van formando al mismo tiempo, ya que la serie tiene que ir saltando entre los diferentes arcos del argumento de manera frecuente, lo que por momentos dificulta la conexión con el núcleo narrativo de la serie.

Aun así, el humor y la capacidad de esta serie para superarse son inigualables. Cuando piensas que no puede haber momentos más extraños y espeluznantes, The Boys encuentra la manera de hacer que sea posible. Desde hámsters asesinos que levitan hasta inesperados números musicales con buena coreografía, cameos que te sorprenden o toda una serie de consoladores inspirados en los superhéroes, esta temporada ofrece momentos impactantes y divertidos.

Pero al final, no esperábamos otra cosa de The Boys. Está claro que Starr, Urban y Esposito hacen un papelón como Patriota, Carnicero y Edgar, y son el foco central en todas las escenas en las que aparecen, pero esto no quita que sabes qué te espera en esta temporada incluso antes de empezar a verla. Esto provoca una montaña rusa de momentos que buscan que te partas de risa con su tono maduro descontrolado y sin filtros. A pesar de no ser precisamente innovador, es más que suficiente para mantenernos entretenidos todo el tiempo.