El creador de Xbox: "Esta narrativa en torno a ser más potente no es útil hoy en día"

Aunque hace tiempo que dejó Microsoft, Seamus Blackley es ampliamente considerado como el creador de la Xbox original, y sigue siendo un apasionado de su creación. En entrevistas y en las redes sociales, comparte a menudo sus pensamientos sobre el tema.

A pocos les ha pasado desapercibido el disruptivo cambio de estrategia que Microsoft está llevando a cabo últimamente, lanzando sus juegos en todos los formatos. Sin embargo, en el futuro ya han confirmado que lanzarán una nueva consola Xbox (y además portátil) que, según la jefa de Xbox, Sarah Bond, ofrecerá "el mayor salto técnico jamás visto en una generación de hardware".

Pero a Blackley esto no le impresiona en absoluto, pues afirma que el rendimiento ya no atrae a los jugadores. En declaraciones a VideoGamer, explica su postura afirmando que el rendimiento era más importante en su día, cuando todavía era una tecnología bastante primitiva:

"Es que era una historia que realmente funcionaba y que era relevante entonces porque aún estábamos en una especie de fase incipiente de los gráficos. Asumir ese golpe en el coste de los bienes de los engranajes fue fundamental, tanto desde el punto de vista de la historia como de nuestro posicionamiento frente a las otras consolas que procedían de, ya sabes, lo que se percibía como estas gigantescas empresas japonesas de hardware que obviamente estaban produciendo estas cosas sin costes y obteniendo todo este beneficio de ellas... nosotros éramos una empresa occidental y decíamos 'vale, vamos a perder dinero con estas para hacerlas superpotentes' y apostar por que los juegos fueran alucinantes".

Tener el hardware más potente de la época significaba enormes diferencias entre los formatos, y Halo: Combat Evolved no podía ejecutarse en una Dreamcast o PlayStation 2. Hoy en día, la Xbox Serie S y la PlayStation 5 Pro ejecutan los mismos juegos, y las diferencias son principalmente de velocidad de fotogramas y resolución. Esto no hace que nadie se decante por una consola en concreto, dice Blackley, que añade que él habría querido hacer las cosas de otra manera con la Xbox, aunque admite que esto no garantiza que hubiera sido mejor:

"[Ser la más potente] también era importante para que los chicos avanzaran hacia el futuro. Y luego, ya sabes, cómo gestionaron esa marca y la historia de cara al futuro no es culpa mía, joder, y no es, ya sabes, yo no habría hecho las cosas de la misma manera, no sé si habría tenido más o menos éxito, pero desde luego creo que esta narrativa en torno a ser más poderoso no es útil hoy en día".

Blackley también considera que Nintendo Switch es la prueba de que tiene razón, de que el rendimiento no vende hardware, mientras que los juegos exclusivos sí. ¿Qué opinas, bastará una Xbox superpotente para atraer compradores, o ese aspecto ya no importa?