Código 8 (Parte 2)

Es bastante sorprendente lo que algunos cineastas pueden lograr con un presupuesto tan ridículamente bajo. Upgrade costó menos que una temporada de la considerablemente sobrevalorada Sunnyside (y es una de las mejores películas que he visto en los últimos 20 años), Clerks fue barata y es una de las mejores películas independientes de todos los tiempos, y la película de Netflix de 2019, Código 8, no costó casi nada en comparación con otras películas, como por ejemplo Thor: Love and Thunder o Vengadores: Endgame. A pesar de esto, Jeff Chan y los primos Amell (Robbie de Upload y Stephen de Arrow) lograron ofrecer una entretenida historia de ciencia ficción con una premisa bien construida y un tono agradable donde una distopía futura está caracterizada por una vigilancia policial excesiva y una opresión crónica, ya que el cuatro por ciento de la población nació con superpoderes y es considerada "enemigo del estado".

Código 8 mezcló el concepto central de Watchmen, los poderes de Chronicle y el tono/estética de The Boys con entornos oscuros, sucios e inhóspitos en un futuro transcurrido en Lincoln (Nebraska). No es bajo ningún concepto una película que tenga la intención de elogiar o recomendar muy encarecidamente, pero tampoco es mala. Se podría decir que está bien, con algunos aspectos positivos y un convincente Robbie Amell en el papel principal, representando al antihéroe Connor.

Ahora, la segunda parte ya está disponible, aunque su premisa no destaca por su originalidad. Todo comienza con Connor siendo liberado de prisión después de cinco años. Antes de darse cuenta, se ha involucrado en las actividades ilegales de Garrett (Stephen Amell) y tiene bajo su cargo a una niña de 14 años (con superpoderes) a la que persiguen unos policías corruptos, y que por supuesto necesita ser rescatada. La Parte II, al igual que su predecesora, es una película anti-policía que retrata un estado policial futuro sumido en la corrupción y la opresión de la peor manera posible. Es un mundo oscuro donde la violencia es algo común y en el que la gente es pobre y consume drogas hechas a partir de fluido espinal obtenido de la médula de superhéroes esclavizados

Una vez más, los primos Amell hacen un trabajo convincente con sus personajes y los efectos siguen siendo simples, a veces bastante feos, pero aun así relativamente efectivos. Los policías son malvados, los civiles nacidos con superpoderes se representan como perseguidos de forma injusta y hay una falta de matices, así como un poco de escala de grises, lo cual me alegra que el personaje Garrett intente proporcionar. No me gusta que haya tanta exposición en la narrativa, y además, la premisa de la historia y los personajes son tan simples y fáciles de entender que se siente completamente innecesario. Sin embargo, la Parte II es un thriller de ciencia ficción decente producido de manera muy barata.