Call of Juarez nació como un puñado de buenas ideas pegadas sobre un juego mediocre. Después llegó Call of Juarez: Bound in Blood, que puso cada cosa en su sitio. Techland fue capaz de crear una experencia del Viejo Oeste digna, rico en situaciones, buenos gráficos y algún tiroteo épico. Por eso es normal que afrontemos este Call of Juarez: The Cartel, con optimismo pero con cautela.
Con cautela debido al cambio de era. Ya no existe el Viejo Oeste y los hermanos McCall no son más que un recuerdo distante. The Cartel se sitúa en el presente y tenemos que jugar encarnando a un trío de policías unidos para dirigir la guerra por las drogas en California.
La cosa empieza muy bien. El opening es muy bueno y las escenas de vídeo que le siguen dejan ver una historia de las que enganchan. La forma de tratar el tiempo y la cronología me recuerdan a los juegos anteriores y eso es positivo. Entonces el descendiente de los McCall, Ben McCall, surge de entre las sombras.
Las sensaciones empiezan a flojear al comprobar que el doblaje (en inglés) es bastante desalentador y que el personaje de McCall se prepara para unos diálogos cursis para un Rambo como él, quizá demasiado abundante y a veces entrometidos.
Los juegos previos a The Cartel estaban situados en el Viejo Oeste y por eso si el control era un poco lento y el apuntado era más inestable que una cola de lagartija con Red Bull no era tan importante. En el fondo estabas disparando con un viejo revólver o con una escopeta, y si te hacías con una ametralladora, iba a ser una flamante Gatling. Incluso se podría decir que le daba un toque extra.
Pero este problema no puede seguir ahí con las armas modernas, la coartada ya no sirve. Las pistolas automáticas y la artillería moderna son otra cosa, ya que parece que estás jugando a un FPS de comienzos de la generación. No es adaptable, es rígido y no está afinado de ninguna forma.
El resultado son unas luchas de todo menos interesantes, que incluso pueden acabar siendo el problema del juego porque prácticamente es todo lo que tiene. La variedad de los títulos anteriores ha desaparecido y por tanto si las batallas son mediocres, todo el juego es mediocre. Si en Bound in Blood ansiabas que llegase el siguiente balacero, en The Cartel empiezas a temerlo.
Y esto no es todo. El combate cuerpo a cuerpo es aun peor. Es casi imposible saber si le has dado el puñetazo o si lo has fallado, y lo único que acabas haciendo es correr de aquí para allá lanzando puños al aire. Sólo de pensar en lo que se tenía con Bound in Blood dan ganas de llorar.
Además, si hay algo complicado de afinar en los juegos de acción son las partes con vehículos. Da igual que sea Call of Duty, Killzone o Gears of War, y Call of Juarez es la excepción. Sin embargo, eso no ha privado a Techland de rellenar cada pantalla con conducción de coches. Cada curva, por pequeña que sea, se convierte en un reto.
Call of Juarez: The Cartel da la sensación de estar sin terminar. Hay texturas flotantes, el detector de colisiones no funciona como debería, apenas hay puntos de guardado y los enemigos son bastante tontos.
Aunque no todo está tan mal, por ejemplo, es positivo que puedas elegir entre tres personas (aunque los tres siguen demasiado los estereotipos). La historia va cambiando en función de quién escojas, hasta que lo encaja todo al final con mucho ingenio. Nosotros nos hemos decantado por el más bruto, Ben, pero esperamos que tanto Eddie como Kim, que se parece demasiado a Hally Berry, tengan sus fans.
El juego también trae un modo cooperativo, que aporta su grado de diversión y que, además, hace que sea mucho más sencillo superar los tramos de vehículos. Por otra parte, las pantallas sí son variadas entre sí, y hay que sumar unas gotas de notalgia que han sido incluidas al final del título.
Está claro que hubiera sido genial poder haber visto a Techland creando otro juego basado en el Oeste Americano, y con tiempo suficiente como para dejarlo bien terminado. Aquí hay potencial, pero no es capaz de salir a la superficie porque el resto de problemas lo empujan hacia el fondo.
Después de esto no hay garantías de que vayamos a volver a ver a los hermanos McCall. Sigue habiendo posibilidades de hacerse con buenos juegos inspirados en westerns, pero desde luego que Call of Juarez: The Cartel, no es el que se merece ni el dinero ni el tiempo.