No hace tanto que Bungie y Activision se 'divorciaron', rompiendo el acuerdo por el que el estudio trabajaba para la publicadora. Destiny 2 siguió adelante desde entonces en manos de los otrora creadores de Halo, pero multitud de rumores llevan circulando desde primeros de año respecto a los motivos del desencuentro, algunos culpando a Activision por el énfasis en las microtransacciones e incluso alegando que la compañía era demasiado prohibitiva en cuanto a lo que Bungie podía decidir y hacer con su juego a nivel creativo para mantenerlo en marcha a largo plazo.
En declaraciones a Eurogamer, no obstante, el estudio ha querido desmentir estas alegaciones. Los desarrolladores ya habían dicho que la separación se produjo simplemente por las diferencias en las ideas sobre cómo sería el futuro de Destiny. David 'DeeJ' Dague responde:
"Creo que tenemos que disipar la noción de que Activision era una especie de jefe supremo prohibitivo que no nos dejaba hacer cosas increíbles. Lanzamos esta franquicia con Activision, y de forma natural y con el paso del tiempo ambos decidimos que teníamos objetivos distintos sobre lo que queríamos que fuera, de modo que ambos seguimos nuestros caminos separados. Fue amistoso y aquí estamos haciendo este juego algo nuestro, haciendo lo que creemos que hace falta para que sea una pasada".
Sin High Moon ni Vicarious Visions, Bungie insiste en que todo lo nuevo que están sacando es de su propiedad y por su cuenta y riesgo, incluyendo el Bastión de las Sombras que llega en un mes "y tres temporadas más" en el futuro.