La segunda expansión de Borderlands 3 nos lleva directamente a la celebración de la boda de Sir Alistair Hammerlock y Wainwright Jakobs, así que, como podréis imaginar, con ambos personajes involucrados no iba a ser una boda normal y corriente. De hecho, nos lo corroboran muy pronto, cuando la pareja nos invita al planeta Xylourgos para su día especial y no mucho después empiezan a torcerse las cosas, por decirlo de alguna manera.
Así pues, esta boda es la premisa básica de Armas, amor y tentáculos, que detrás de su título esconde una aventura claramente inspirada en Lovecraft, llena de fenómenos ocultos y más tentáculos de los que jamás hemos visto fuera de un título de Cthulu. La idea sobre papel es bastante buena, y mejora aún más gracias a que Gaige, de Borderlands 2, vuelve para organizar la boda. Su personalidad nos recuerda bastante a la de Tina Chiquitina, de la misma serie, y no hace más que mejorar todos los diálogos en los que está involucrada (más aún con ese genial doblaje a español).
Sin embargo, no creemos que Gearbox le haya sacado provecho a todos estos interesantes elementos como podría haberlo hecho. La expansión tiene mucho potencial, pero no acaba de brillar del todo. Podríamos haber vivido una loca despedida de soltero y después una maravillosa boda repleta de imprevistos y divertidas misiones secundarias. No obstante, en su lugar, la historia de la boda es bastante lineal y solo consigue ser el centro de atención y resaltar gracias a algunos diálogos. Además, aparte de las conversaciones con los personajes del juego, la boda queda en un segundo plano de la acción, y es una lástima.
Por tanto, cualquiera que haya jugado antes a Borderlands 3 no va a encontrarse con ninguna novedad. Nos ofrecen una gran zona abierta, la cual podremos atravesar con nuestros vehículos, y caminos de donde surgirán los enemigos antes de que finalmente nos encontremos con un jefe, al que tendremos que disparar bastantes balas para conseguir que muerda el polvo. Es cierto que no deberíamos quejarnos de esto, ya que sabemos que es exactamente lo que ofrece Borderlands 3, pero las anteriores expansiones semi-independientes han ofrecido mini-historias que realmente enganchaban y ofrecían bastante variedad.
De hecho, tan solo tenemos que echarle un vistazo a El Golpe de Moxxi a Jackpot el Guapo y tendremos un ejemplo de a qué nos referimos. Un atraco bien planeado, una buena narrativa, sorpresas y mucho humor típico de Borderlands. Siempre daba la sensación de que estábamos involucrados en algo más grande, por no hablar de que la variación ambiental era muy buena. Ahora simplemente pasamos por zonas púrpuras a las que les falta ese algo extra, nos enfrentamos a los mismos enemigos una y otra vez y finalmente llegamos al último desafío o, mejor dicho, a la ausencia de este.
La dificultad ha sido un problema omnipresente durante todo el juego principal, pero en Armas, amor y tentáculos es tan fácil avanzar que a veces llega a resultar absurdo. El único desafío real que encontramos en nuestra partida fue la pelea contra un jefe que podía considerarse una esponja de balas, ya que se recuperaba tanto la vida como el escudo mientras gastábamos toda nuestra munición con ese bastardo. Lo realmente difícil era sobrevivir cuando recargaba el escudo, ya que unas rocas giratorias volaban a gran velocidad y teníamos que saltarlas, lo que a veces nos obligaba a parar de recargar. No obstante, tampoco hace falta demasiada precisión para realizar estos saltos de forma rápida y eficaz. Es probable que muramos un par de veces y de forma bastante molesta, sobre todo si jugamos solos y tenemos que rehacer todo varias veces, no como los que juegan en cooperativo y pueden seguir peleando con sus aliados, que casi parece que tienen un punto de regeneración.
Puede que sean demasiadas quejas para una expansión que realmente no es tan mala. Lleva diez horas completar la historia y las misiones secundarias y, al fin y al cabo, el camino se hace entretenido y el humor que ofrece es exactamente el que les gusta a los fans de Borderlands, lo cual ya es más de lo que podemos decir de otras expansiones actuales que suelen consistir en un nuevo personaje y, en el mejor de los casos, un modo multijugador. Lo cierto es que tenemos una increíble cantidad de contenido por lo que vale.
Sin embargo, por desgracia, no es suficiente. El tema de la boda no se ha desarrollado bien, el diseño del niveles es demasiado aburrido y, al final, esperábamos más, sobre todo teniendo en cuenta las increíbles expansiones que sacaron para Borderlands 2, e incluso la anterior a esta, El Golpe de Moxxi a Jackpot el Guapo. Así pues, aunque los fans seguramente se entretengan con él, ya que al fin y al cabo es divertido, este contenido adicional podría haber sido mucho más.