Hace casi un año, tuve la oportunidad de probar King of Meat, un nuevo juego de plataformas multijugador en 3D que básicamente se pregunta qué pasaría si combinaras Little Big Planet con Total Wipeout. Aquel avance original se basó en el tiempo que le dediqué a jugar algunos de los diversos niveles en un grupo de cuatro, superando desafíos de plataformas, puzles ambientales y derrotando enemigos por el camino. Fue una experiencia divertida, pero también una experiencia hecha a medida, ofreciendo lo que sin duda es la forma ideal y perfecta de jugar. La verdadera pregunta para la mayoría de los aficionados y futuros jugadores es cómo funcionará King of Meat para aquellos que no puedan reunir a tres amigos y abrazar el caos cooperativo. La última versión preliminar me ha dado una muy buena idea de cómo será.
Antes de entrar en detalles, permíteme una vez más describir brevemente cómo funciona King of Meat. En esencia, se trata de un gran y violento programa en el que los competidores se lanzan a niveles intensos, variados y emocionantes, parecidos a un circuito de obstáculos, intentando ganar puntos y llegar al final de una pieza. El tema, la presentación y la propia idea en sí son de lo mejor, ofreciendo una caricatura de los programas de juegos más parecida al Castillo de Takeshi (Humor Amarillo) y al absurdo que ofrece, todo ello ambientado en un reino de fantasía en el que todo vale y la mayoría de las veces se ríen de las reglas. De nuevo, piensa en Little Big Planet y en la forma en que se construían sus niveles, excepto que con una temática menos acogedora y más caótica. En propias palabras, eso es King of Meat.
En realidad, el juego es igual que la mayoría de los juegos de plataformas en 3D, en el sentido de que puedes correr, saltar, coger y tirar de objetos, interactuar con interruptores y otras herramientas lógicas, golpear y aplastar a los enemigos con las armas, e incluso bloquear ataques, utilizar habilidades poderosas y encadenar combos. Mecánicamente, es bastante sencillo, pero eso está bien porque funciona y porque la mayor parte del énfasis del gameplay se dirige a la manía cooperativa.
Cuando entras en una partida, sales de una zona central repleta de vendedores y personajes estrafalarios y empiezas a emparejarte en circuitos creados por el desarrollador Glowmade o por la comunidad, o te enfrentas a aventuras en solitario que intentan ofrecer un hilo narrativo más estructurado para un solo jugador. Sea como fuere, los niveles son bastante similares en estructura y fórmula, ya que debes sortear peligros, trampas, amenazas, y puzles, todo ello mientras los comentaristas te gritan como si estuvieras actuando en un concurso, algo que se ve potenciado por el excelente HUD que emulan los gráficos de una retransmisión en directo. La cuestión es que el concepto y la dirección de la presentación son excelentes y le dan una distinción única, como una versión de Little Big Planet aderezada con un humor más maduro y satírico. El truco está en la ejecución y en si King of Meat es tan divertido de jugar como de ver.
Aquí es donde me encuentro un poco en un callejón sin salida con King of Meat. No voy a negar que el multijugador, cuando está en pleno apogeo, es una auténtica pasada, pero el problema -y esto es un problema del juego cooperativo en su conjunto- es que no siempre tienes a mano a las personas adecuadas para poder disfrutarlo como es debido. Cuando te emparejas con desconocidos (no puedes jugar a muchos de los modos principales sin al menos dos jugadores...), la experiencia no es igual de eléctrica, y cuando juegas a las opciones para un solo jugador, resulta evidente que la estructura del gameplay no es lo suficientemente profunda ni atractiva como para retener la atención de una sola persona. King of Meat es uno de esos juegos con los que los creadores de contenido se lo pasarán en grande jugando juntos, pero a menos que convenzas a un grupo de amigos para que se gasten el dinero que cuesta, nunca será tan entretenido para ti solo.
Puede resultar raro hablar en estos términos en una preview, pero King of Meat es un juego que vivirá y morirá gracias a su comunidad. Sí, Glowmade ha construido los cimientos y perfeccionado el núcleo del gameplay, y el desarrollador seguirá produciendo niveles oficiales, pero también es un juego en el que animar a la comunidad a construir sus propios niveles y a animar a los talentosos creadores que lo componen será absolutamente primordial para garantizar que sobresalga y siga siendo relevante. De hecho, estaría más cerca en comparación con Meet Your Maker de Behaviour Interactive que con LBP por esto, lo que en realidad es una idea bastante arriesgada a la que comprometerse. Otro punto de comparación sería Mario Maker, excepto que sin tener una base de fans establecida y rabiosa de 40 años para levantar el proyecto y apoyarlo.
Debo echarles flores a Glowmade por diseñar un excelente sistema de creación de niveles, que es de esperar teniendo en cuenta que este estudio está formado por varios veteranos de Media Molecule. Crear niveles es fluido, divertido e intuitivo, y se nota que se ha puesto mucho énfasis en poner a punto esta parte del juego. Lo alabo, pero al mismo tiempo me preocupa que este enfoque se haya hecho a costa del mundo en general y de crear una experiencia a la que los aficionados quieran jugar durante horas y a la que también quieran volver en el futuro. Seguro que muchos conectarán con los elementos UGC (user generacted content) y con la diversión de las plataformas 3D, pero puedo afirmar con casi total seguridad que la progresión molestará a más de uno.
King of Meat es un juego que se basa en acumular el equivalente a puntos de experiencia, mientras se superan retos por el camino para progresar por caminos de gloria similares a pases de batalla que desbloquean nuevos trajes y cosméticos, opciones de armas, emotes, pegatinas, y todo eso. Al estilo de Little Big Planet, esto allana el camino a grandes oportunidades de personalización de personajes, pero al mismo tiempo, no es una forma muy atractiva de atraer a los jugadores y ofrecer progresión. De hecho, me atrevería a decir que cuando veas por primera vez los distintos sistemas de subir de nivel soltarás un potente suspiro.
Sé que a veces puede parecer que estoy criticando a King of Meat, pero es porque estoy tan familiarizado con este tipo de experiencias y veo a tantos tropezar y fracasar que quizás he desarrollado una percepción cínica de ellos. Y eso también es quizás injusto en lo que respecta a King of Meat, porque el tema y la idea de Glowmade son muy divertidos cuando funcionan según lo previsto. La acción puede ser caótica pero divertidísima, los sistemas UGC son intuitivos pero complejos, la agencia y la personalización del jugador son amplias, e incluso hay elementos menores adicionales que cuando los percibes no puedes evitar que te impresionen, incluidas las divertidas escenas de dibujos animados que se burlan de la publicidad real. King of Meat merece salir por la puerta grande y convertirse en una de las próximas grandes obsesiones multijugador y cooperativas, pero que pueda o vaya a hacerlo realmente es una situación muy diferente, y numerosos precedentes igualmente divertidos que han fracasado me hacen dudar de ello. Me encantaría que me demostraran lo contrario, pero juegos multijugador algo similares y entretenidos como MultiVersus, XDefiant, Knockout City, Rocket Arena, la lista continúa, y algunos de los cuales también empezaron como juegos de pago, dicen lo contrario.