Análisis de Asterix & Obelix XXL2 Remastered

La mayoría de nosotros tiene una lista de resmasterizaciones que le gustaría poder tener, con juegos como Red Dead Redemption y Fallout 3, que se está pidiendo a gritos que se les dé ese toque de la nueva generación. Sin embargo, puede que Astérix y Obélix XXL 2: Misión Las Vegum, de 2006, haya pillado a algunos desprevenidos cuando se anunció que llegaría a PS4, Xbox One y Nintendo Switch. Para aquellos que se lo perdieron la primera vez, era la secuela de un título algo menos complicado: Astérix y Obélix XXL. Ambos se lanzaron para PS2 y la salida de los remasters solo se debe al hecho de que el año que viene llegará el tercer juego de la saga, este ya totalmente nuevo.

Este plataformas de acción en 3D, colorido y en el que puedes vagar libremente, está lleno de referencias culturales del momento original en el que se lanzó, la mayoría de las cuales siguen siendo graciosas hoy en día. Dicho esto, tanto el humor como el juego tienen una cosa en común: a veces pueden estar un poco anticuados. En Asterix & Obelix XXL2 Remastered hay referencias a sus contemporáneos, como Mario, Pacman e incluso Larry Croft, un romano gordo que se viste con una camisa verde a rayas y que parece mucho más que la sombra de su versión femenina.

Así que... ¿qué han hecho los romanos por nosotros? La historia es otro intento de conquistar la Galia por parte de Julio César. Decide construir Las Vegum, un enorme parque temático dividido en seis zonas, todas llenas de referencias a casinos de Las Vegas. Visitarás áreas como Luxor y Venecia durante tu misión para salvar a Panorámix, un druida que, aparentemente, ha ayudado a César, algo que no nos pega mucho en él.

Con la ayuda de un espía y desertor romano que no es que sea muy distinto de Sam Fisher, Astérix y Obélix recorren todas las zonas, cada una de ellas llena de puzles interesantes y romanos armados hasta los dientes que machacar, mientras van de camino a salvar al druida.

Es bastante intuitivo y puedes jugar con ambos personajes, un cambio que necesitarás en ocasiones determinadas para poder superar algunas situaciones. Si la delgadez y la agilidad de Astérix no son la respuesta, tal vez lo sea la fuerza bruta de Obélix. Los puzles implican encender antorchas, accionar interruptores y tirar puertas abajo.

Parece haber un buen equilibrio entre el número de puzles y los momentos de combate, así que nunca se hace muy repetitivo ni hay que machacar mucho los botones sin poner a prueba a tu cerebro entre medias para descansar los dedos. El combate en sí es muy divertido y cuenta con diferentes movimientos que ir usando, lo que significa que esa parte del juego tampoco se hace pesada. Hay muchísimas tropas diferentes a las que aplastar y lanzar por los aires. ¡Qué divertido es menear a un romano en vilo como un gato en una habitación enorme! Cada vez que derrotas a un enemigo, sueltan algunos cascos que pueden usarse en diversas tiendas como moneda del juego.

En estas tiendas puedes comprar mejoras como más salud, nuevos combos y furia, que es un nivel elevado de agresión que obtienen nuestros héroes cuando matan a suficientes centuriones. Te da otra razón por la que aporrear a esos legionarios: más cascos significa más habilidades con las que jugar.

Los gráficos, el brillo y las texturas se han mejorado, obviamente, pero si somos honestos del todo las escenas de animación tenían un aspecto increíblemente anticuado. Incluso al encogerlas hasta que ocupaban media pantalla se volvían granuladas. Hay mucho contraste con las partes de la historia en el mismo juego. Le resta algo de valor a la experiencia y, aunque son graciosas, no puedes evitar recordar que no se hicieron para esta generación.

Aunque a veces el mismo juego te recuerde que es un buen plataformas de PS2 traído al presente, en su mayoría es bastante sólido. Hay un problema de vez en cuando con la cámara muy propio de la época, esos movimientos que dificultan más que ayudan, pero no suele ocurrir con frecuencia. Sucedía más en los momentos en los que estabas andando detrás de muro o bloques, donde parecía complicado encontrar el mejor ángulo.

Otro problema que tenemos con su planteamiento, y también común en aquellos beat'em up, es que algunas de las partes en las que puedes vagar libremente se cortan con un desafío bloqueado del que no puedes escapar hasta que no has matado a unos 40 o 50 soldados. Al principio era divertido, pero pronto se tornó repetitivo.

Hemos sido un poco negativos pero, si somos sinceros, lo que tienes aquí es un plataformas divertido que tiene algunos problemas relacionados con el paso del tiempo ya que, en conjunto, se conserva bastante bien. Nos encantaron la variedad del combate y también las localizaciones. Cada área era única y especial, con montones de puzles diferentes y cosas que ver y hacer, como una Torre Eiffel de madera. También nos encantó el diálogo y la interacción entre los dos protagonistas, que parecían amigos de verdad que no siempre estaban de acuerdo.

Era como jugar a los cómics y, por ello, nos ofrecían el mismo humor y los mismos efectos visuales. Eso también quiere decir que cualquier gamer que no esté familiarizado con la obra de René Goscinny y Albert Uderzo, que lleva circulando desde 1959, puede que no disfrute tanto como un fan de verdad. Para la mayoría de los que lo jugaron en PS2 tal vez no sea el juego más icónico de su generación y, por tanto, tiene pinta de que les gustará más a los que les encantaban los cómics que a los fans nostálgicos.

No nos malinterpretéis, tiene buen aspecto y está bien la mayor parte de las veces y, mientras que puedas olvidarte de la calidad de las escenas de animación, las partes repetitivas y la cámara, ocasionalmente esquiva, seguramente te las apañes para divertirte, ya que es un plataformas en 3D muy divertido al que es muy fácil de pillarle el tranquillo y jugar. Dicho esto, podemos imaginarnos que funcionará bien con los gamers más jóvenes, aunque se les escapen muchas referencias. Si tienes hijos, podríais jugar a Asterix & Obelix XXL2 Remastered juntos y, mientras que el combate, los colores y los puzles les divierten, tú disfrutarás de los chistes y las referencias culturales de hace diez años.