La última parte de Assassin's Creed Origins, la extensa expansión conocida como The Curse of the Pharaohs, es un cierre interesante que logra ofrecer una historia independiente que a la vez hila con la gran trama del juego y de la serie. Suma una nueva región que podrás explorar, nueves jefes que derrotar, nuevas habilidades y muchas horas de diversión.
Tebas y sus tierras circundantes han vivido épocas mejores. Una maldición asola la zona y provoca que los faraones muertos revivan en medio de la ciudad y siembren el caos. Estas sombras son poderosas y solo aparecen durante un corto periodo de tiempo antes de volver al más allá, por lo que envían a Bayek a investigar, ya que se cree que lo que está causando esta actividad sobrenatural podría ser un artefacto similar al de Siwa.
No vamos a revelar la trama aquí, pero podemos decir que te encontrarás a personajes memorables y que Bayek se ha vuelto todavía más duro y sarcástico. Solo os adelantamos que hay una escena en la que abandona a un ladrón gravemente herido (al menos por lo que parecía por la preocupante cantidad de sangre) y nos deja dudando de si conseguirá o no ayuda para salvarse tras soltar la información que necesitamos.
A lo largo del río de la ciudad de Tebas yace el Valle de los Reyes, un lugar en el que nos entusiasmamos mucho la primera vez que lo visitamos al ver que había cuatro tumbas. ¿Podremos disfrutar más de nuestra actividad secundaria favorita del juego principal? Probablemente no, pero quizás lo que nos ofrezcan sea aún mejor. Las cuatro tumbas de algunos de los faraones más míticos, incluyendo Nefertiti y Tutankamon, nos permiten viajar a sus respectivos reinos de ultratumba. En estos mundos fantásticos encontraremos tesoros por descubrir, escorpiones gigantes (Serket) a los que enfrentarnos, guardias momificados de Annubis a los que derrotar y por último y más importante al gran Faraón contra el que tendremos que enfrentarnos en un combate uno contra uno dentro de una pequeña arena, en una lucha similar al minijuego de los gladiadores.
Estas batallas contra los jefes son el mayor desafío que nos hemos encontrado jugando a Assassin's Creed Origins, aunque es cierto que algunas son más difíciles que otras (sí, estamos hablando de ti Ramses). Para hacerles frente deberás aprender los patrones de movimiento y tener siempre listo el botón del dash ya que como te enganchen en uno de los ataques en cadena de los faraones, ya puedes dar por acabado el viaje de Bayek por el reino de ultratumba. Al final, el juego se vuelve menos desafiante tras desbloquear una habilidad que repone constantemente el arsenal de flechas y del resto de inventario (solo cuando estás en el más allá), permitiéndote usar las flechas desde las distancia para llenar la barra de adrenalina, que cuando está cargada hace que hagas mucho daño (las flechas no le hacen casi nada a los jefes) y entonces podrás moverte como quieras, y así una y otra vez. No es recomendable arriesgarte usando armas pesadas porque es muy probable que te pille el faraón si lo intentas.
Curiosamente, la paciencia no te servirá contra las sombras. Aunque son más débiles que su representación en el más allá, solo estarán un minuto en Tebas, por lo que tendrás que ser más agresivo. Puede ser todavía peor si peleas en campo abierto porque es posible que te ataquen guardias o animales durante la batalla (aunque también puede servir para distraer a la sombra).
Además de los faraones, también encontrarás un par de Phylakes de nivel 55 (cazarrecompensas muy fuertes) a los que hacerles frente, aunque una vez que termines con todo el tema de la arena, será fácil tirarlos del caballo con tu arco de depredador favorito. Este puede ser el peor punto de la expansión, y es que aunque algunos combates son duros, la dificultad no mantiene un equilibrio. Algunos faraones requieren varios intentos e incluso ir a la herrería para mejorar tus armas, pero hay otros que nosotros hemos derrotado a la primera sin mayor dificultad. En cierta medida, puede estar relacionado con el hecho de que a lo largo de la expansión te fuercen a tener cierta habilidad y no llega con usar el sigilo y si falla, sacar las armas pesada y usar la fuerza bruta.
¿Podríamos decir entonces con cierta sorna que este es el Dark Souls de los Assassin's Creed? Puede que sea lo más parecido, pero la progresión del personaje y las armas hacen que el juego sea más benevolente que los títulos de From Software.
Las cuatro representaciones del inframundo son distintas a lo que estamos acostumbrados en Assassin's Creed Origins. Tebas, Yebu y el Valle de los Reyes son todos espectaculares, pero similares a lo que ya habíamos visto. El hecho de que el Nilo cruce enteramente el mapa es un muy buen punto ya que permite que haya muchas actividades acuáticas.
Está claro que esta expansión busca que los jugadores sepan más acerca del Antiguo Egipto y esto si que es el verdadero Antiguo Egipto, antiguo incluso para los personajes del juego. Un nuevo tipo de coleccionable son las tablillas que dan nueva información y la inclusión de personajes históricos como Nefertiti o Ramses son geniales, a pesar de que no hay interacción con estos líderes más allá de tener que enfrentarte a ellos.
Lamentablemente, si que vimos algunos glitches cuando jugamos a la expansión. Tuvimos que reiniciar el juego un par de veces porque no iba (en PS4 Pro) y hubo algunos problemas menores. En varias ocasiones, el ataque cargado "fallaba" durante las peleas con los jefes. No es que arruine la experiencia en general, pero como pasaba con The Hidden Ones, a este DLC le falta estar algo más pulido como el juego principal. También ocurrió un glitch que nos ayudó mucho, ya que una de las sombras se quedó atrapada al aparecer, lo cual nos permitió darle varios ataques de gratis.
Realmente nos ha gustado mucho esta expansión tan completa y hemos echado unas doce horas (y eso que aún no hemos completado el mapa) explorando, luchando y aprendiendo sobre Egipto. Lo más destacable del juego es ese sentimiento de aventurarte hacia lo desconocido entrando en el más allá y el desafío que suponen los propios faraones, a pesar de que no es perfecto y que nos gustaría que Ubisoft le hubiese pasado una capa de betún para librarse de las manchas que plagan el juego desde su salida. También, supongo que esperábamos que hubiese puzles en las tumbas aunque hay que decir que lo que obtuvimos fue excelente.
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