Análisis de Octopath Traveler II

Había algo especial en el tipo de píxeles que pintaban los mundos de fantasía que visitábamos durante la era de los 16 bits. Y pensar que treinta años después nos regodearíamos en su nostalgia y utilizaríamos palabras como "retro" para describir este tipo de estilo gráfico. En esta época, el contraste entre los gráficos más avanzados técnicamente y el camino tomado por los juegos de Octopath Traveler está muy diferenciado. Pero, por suerte, hay sitio para ambos. Especialmente cuando está tan bien hecho como aquí, y es en gran parte gracias al apartado visual que esta secuela brilla con luz propia. Donde muchas nuevas entregas se esfuerzan por dar saltos de gigante en lo técnico y el realismo, Octopath Traveler II coquetea con la nostalgia. Pero no sin hacer un uso eficaz de varias novedades visuales.

Me encantan los JRPG y me encanta el estilo gráfico que los desarrolladores emplearon en su predecesor y que ahora, por supuesto, continúan en esta secuela. Creo que gran parte de mi fascinación tiene que ver con el hecho de que también parece que todo tiene una progresión natural. Porque donde algo tan simple como que los personajes están muy pixelados, sus animaciones siguen siendo claras y vívidas. A eso hay que añadir detalles como el agua, técnicamente preciosa, la iluminación atmosférica, los efectos de partículas y el hecho de que todo sea nítido y de alta definición. Es como si los gráficos de píxeles del pasado se encontraran con los avances tecnológicos de hoy en día. Dentro de un momento hablaré más sobre cómo los efectos visuales elevan realmente esta aventura.

Básicamente, este juego es la historia de la vida de ocho personajes. Al igual que en el primer juego, tú eliges dónde empezará tu historia escogiendo al personaje que te parezca más interesante, que pasará a formar parte permanente de tu futuro grupo. No temas, también descubrirás las historias de los demás personajes por el camino. Todos los héroes tienen personalidades muy distintas y sus razones para embarcarse en sus viajes son muy diferentes. Conocemos desde un guerrero hasta un médico, pasando por una bailarina y cinco personajes más, todos con sus propias razones para aventurarse por el ancho mundo. Incluso aquí se nota que los desarrolladores no están intentando cambiar demasiado respecto a su predecesor, ya que estas profesiones son las mismas que las de los ocho que formaban el conjunto en la primera parte. Si hay alguna crítica importante a esta secuela, es precisamente que las cosas pueden parecer demasiado seguras. Hay, sin embargo, varias novedades, y sin sacudir los cimientos, son elementos bienvenidos. Por ejemplo, se puede pasar del día a la noche en cualquier momento con solo pulsar un botón, cambiando así el entorno y haciendo que ciertas habilidades solo estén disponibles en un determinado momento del día.

También se han añadido otras novedades, como que los caminos de los personajes se crucen en pequeñas historias llamadas "Cruce de Sendas", en las que dos personajes simplemente comparten una historia más corta. Una de las mayores críticas del primer juego fue precisamente que las historias de los personajes no estaban lo suficientemente entrelazadas y, por desgracia, también es un punto débil aquí. Tener ocho historias distintas es inteligente en muchos sentidos, sobre todo cuando son tan diferentes. Pero, por desgracia, se pierde un poco la sensación de que se trata de una pandilla que se embarca junta en una aventura, ya que la atención se centra en cada personaje en lugar de en la colaboración. Habría estado bien que, para una posible tercera parte, hubieran conseguido unir un poco más a los personajes. Entiendo la idea de contar el viaje de cada uno, pero en cuanto empiezas un capítulo con un personaje, todos los demás se convierten en personajes secundarios. Están ahí, pero son totalmente ignorados en la propia historia. Habría sido más efectivo si, por ejemplo, un personaje tuviera que buscar a uno o varios de los otros protagonistas y lo hilvanaran todo un poco.

Otro inconveniente es que, cuando saltas de una historia a otra, el mundo en el que se desarrolla todo resulta un poco extraño en su presentación. Puedes participar en la historia de un personaje que le lleva a un lugar determinado, para luego verte envuelto en otra cuando un personaje llega a un pueblo o ciudad en la que ya has estado. Aunque hay muchas localizaciones, el hecho de que el mismo lugar se utilice para varios personajes hace que la exploración se pierda un poco. Una forma de solucionarlo habría sido simplemente guardar algunos pueblos y ciudades para más adelante en el juego para personajes específicos.

La narrativa también es un poco irregular e inconexa en general, pero también hay algo bueno en poder abandonar la historia de un personaje si, por ejemplo, te encuentras con un jefe que te parece demasiado difícil. Al cambiar de héroe y explorar otro sitio, puedes subir de nivel a los personajes que usaste en la otra historia, así que con suerte serán lo suficientemente fuertes para el desafío cuando vuelvas a la que dejaste temporalmente. Solo tienes que visitar una de las muchas posadas del juego para empezar una nueva historia o retomar una que interrumpiste y, con suerte, seguir adelante.

Solistia, el mundo en el que se desarrollan las aventuras, es un escenario variopinto en el que las distancias entre lugares significativos nunca parecen especialmente largas. La variedad, sin embargo, es asombrosa, con los clásicos paisajes desérticos y nevados y, sobre todo, impresionantes bosques. Pero son las bulliciosas ciudades y los pequeños pueblos los que da gusto visitar. Es una pena que los personajes se queden clavados en el sitio, como ecos de juegos antiguos, pero por lo demás consigue crear la sensación de que realmente estás llegando a una bulliciosa metrópolis. Hay elementos más modernos, pero sigue pareciendo fantasía clásica en todos los sentidos.

Octopath Traveler II es un JRPG muy clásico en todos los sentidos. Hay batallas aleatorias y por turnos, y la mayor parte del contenido es muy familiar, para bien o para mal. Sin embargo, eso no quiere decir que falte delicadeza, ya que hay un montón de desafíos aquí, y la importancia de saber cómo adaptar mejor tu grupo, asegurándote de que tienes el equipo adecuado en todo momento, es crucial. El juego incluye de todo, desde armas clásicas hasta hechizos, y la importancia de mezclar y combinar objetos ofensivos y de apoyo no debería sorprender a quienes frecuentan el género.

La fórmula es muy parecida a lo largo de toda la aventura. Hay mucho diálogo al principio del nuevo capítulo de cada héroe, que suele desembocar en un combate contra un jefe. Cada enemigo tiene múltiples armas o magia como punto débil y, una vez que has asestado suficientes golpes, atraviesas sus defensas y puedes infligir daño de verdad. En cada ronda, tus héroes reciben un nuevo punto de mejora, que puedes guardar para que tu personaje inflija más golpes o más poderosos. Romper las defensas del enemigo también hace que pierda su siguiente turno, así que tienes la oportunidad de infligir más daño o recuperar algo de salud. El juego se vuelve táctico de una forma en que las batallas por turnos a veces no lo son, y aquí se trata de pensar constantemente en el futuro y aprovechar los puntos fuertes de tus personajes. Los jefes también tienen un aspecto amenazador y hay que estar preparado para varias batallas que llevan su tiempo. Creo que las batallas son brillantes, aunque sean del mismo tipo al que estamos acostumbrados en los JRPG, pero sus características las mantienen atractivas en todo momento y nunca suspiro en voz alta como podría hacerlo en otros juegos cuando llega el momento de una ronda por turnos contra los enemigos. Los desarrolladores han sabido encontrar un buen equilibrio entre táctica y sutileza.

Junto a estas innumerables batallas por turnos y combates contra jefes, el objetivo principal es, por supuesto, una aventura, un viaje épico, y aquí tienes que estar preparado para muchos diálogos. Las ocho historias distan mucho de ser igual de atractivas, pero hay muchas que destacan. Personalmente, me gustó la aventura del comerciante Partitio y la de un mago llamado Osvald que busca venganza. Estas dos historias en particular me parecieron las que tenían los mejores escenarios, y además los flashbacks se utilizan muy eficazmente para dar profundidad a las historias. También hay grandes encuentros con otros personajes con los que te cruzas pero, como ya he dicho, echo de menos la conexión entre los ocho héroes al no tener mucha interacción entre ellos, lo cual es una pena.

Empecé el texto hablando de los efectos visuales, y no es de extrañar que se hayan convertido en el centro de atención. Porque el estilo gráfico del juego es también una de las principales razones de mi enamoramiento. Soy consciente de que puede sonar superficial, que los gráficos no son lo más importante, etcétera. Pero no se puede negar lo encantador que es. Aunque en imágenes parezca encantador, es en movimiento donde brilla. Aparte de los píxeles mágicos, que lo pintan todo a la perfección, hay dos cosas que destacan: la forma en que cada entorno está repleto de detalles y la manera en que se mezclan el pasado y el presente. En cuanto a los detalles, todo es brillante, desde las diminutas mariposas que revolotean, pasando por la forma en que un pájaro se posa en el primer plano de la pantalla, hasta cómo cada habitación está increíblemente adornada. Pocas veces una posada o una armería han tenido tanto encanto en un juego. A esto hay que añadir la forma en que se utilizan las luces para sumergirlo todo en una atmósfera mágica. Porque si hay algo en lo que Octopath Traveler II triunfa es en hacerte sentir como en una aventura de cuento de hadas. Otras cosas que también me gustaría elogiar de los gráficos son cómo, a pesar de la superficie bidimensional, la perspectiva y la profundidad de campo se utilizan con eficacia para elevar realmente los efectos visuales. El juego es sencillamente incomparable en muchos aspectos y con un poco más de truco consigue hacer algo único.

A esto hay que añadir la magnífica música. Desde arreglos épicos hasta tonos de jazz que elevan aún más la atmósfera. A mí me gustan mucho los tonos bajos de piano acompañados de cuerdas atmosféricas. Los actores de doblaje también lo hacen muy bien, así que tanto los gráficos como el sonido son sencillamente brillantes.

Octopath Traveler II ha oscilado entre varias puntuaciones diferentes durante mi tiempo de juego, todas ellas en el extremo superior de la escala. Puede que el juego me parezca demasiado seguro y, sin duda, tiene algunos inconvenientes ante los que no quiero hacer la vista gorda. Mi fascinación personal por este tipo de juego, este tipo de aventura, podría fácilmente eclipsarlo todo, y así fue durante las primeras horas, cuando todo parecía nuevo y emocionante. La mayor parte de lo que esperaba de esta secuela se ha cumplido y, de nuevo, tiene un aspecto tan bonito y es tan condenadamente acogedor. Una aventura de cuento perfecta en muchos sentidos.

Cada vez que arranco el juego tengo la sensación de que estoy a punto de embarcarme en una aventura adorable y épica, y Octopath Traveler II es realmente perfecto a la hora de ofrecer una aventura fantástica en uno de los mundos más bellos de los videojuegos. Pero no es un juego perfecto. A pesar de que me ha encantado tanto, tengo que ser sincero y afirmar que los inconvenientes restan un poco de calidad a la experiencia. Pero, afortunadamente, uno puede encapricharse apasionadamente de algo sin que por ello tenga que ser completamente impecable.