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Doctor Strange in the Multiverse of Madness

Doctor Strange en el Multiverso de la Locura

¿Cambia el panorama del UCM tal y como lo conocemos? Ciertamente, no, pero nos trae el clásico estilo camp de Raimi.

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Doctor Strange in the Multiverse of Madness

Si eres de esos aficionados al cine que está ya cansado de los intentos de Marvel (y de otras producciones basadas en cómics) de romper con el género con sus películas de superhéroes y de variar cada vez más la configuración y su estilo, Doctor Strange en el Multiverso de la Locura te va a encantar.

¿Y por qué decimos esto? Pues porque parece que el director Sam Raimi ha dejado sus creativas huellas estampadas en cada centímetro de esta segunda aventura en solitario del buen doctor. En cuanto tomó las riendas del proyecto, decidió que esta aventura en particular sería una película de superhéroes tan reconocible que no nos hiciese dudar ni por un momento sobre su fuente de inspiración ni sobre su propósito.

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Es una comedia entretenida con referencias claras al estilo camp de los 90, casi del estilo punk rock de Mad-Max y con una conciencia de sí misma que no suele verse en el espacio cerrado del UCM. Empieza con un muy buen ritmo que no abandona y nunca pierde de vista su objetivo: ser un absoluto desmadre, ridículo y terriblemente entretenido sacado directamente del pasado.

Doctor Strange in the Multiverse of Madness

Sin embargo, avisamos por adelantado de que es prácticamente imposible empezar siquiera a hablar de la trama sin destripar por completo alguna de las sorpresas que nos tiene preparadas. Solo puede decirse que está en manos de Benedict Cumberbatch en el papel de Stephen Strange el proteger a un nuevo personaje, America Chavez, de las malvadas fuerzas que intentan manipular el multiverso, un tema que había sido ya introducido tanto en la serie Loki de Disney+ como en Spider-Man: No Way Home, y que parece ser la clave de esta cuarta fase del UCM. Nos encontraremos con un montón de caras familiares, algunas de las cuales no te esperarías en absoluto, y, durante las dos horas que dura, los personajes no pararán de huir de criaturas, villanos y amenazas sacadas de más allá de donde puedas imaginar. Es una película muy rápida en todo el sentido de la palabra, a diferencia de nada que se haya hecho antes en el UCM.

Es una obra llena de estilo, rebosante incluso, con la firma personal de Raimi caracterizada por usar a menudo maquillajes con finalidad cómica, guitarras de estilo glam rock y efectos camp. Créenos cuando decimos que aquí hay más del Ejército de las Tinieblas y de Arrástrame al infierno de lo que parece.

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Como un ejercicio de narración independiente, es buena, incluso muy buena en algunos momentos, con personajes capaces de transportarte y actuaciones creíbles. Está salpicada con alguna que otra escena especialmente conmovedora en su justa medida, cuidadosamente relacionada con Bruja Escarlata y Visión.

Sin embargo, el problema que la propia Marvel se ha creado es que cada punto que trata no sólo es una pieza independiente de la trama, sino que es una pequeña nota en una secuencia más larga, por lo que digamos que, aunque Doctor Strange en el Multiverso de la Locura tiene todos los ingredientes para alargar la ya extensa historia del UCM, no lo hace en absoluto. Es más, en cuanto empieza, parece minimizar su propia importancia en el esquema global de los hechos, algo que puede gustarte o no, dependiendo de tus preferencias.

Doctor Strange in the Multiverse of Madness

Pese a todo, sería una tontería decir que Doctor Strange en el Multiverso de la Locura es una película mala, porque no es para nada el caso. El director Sam Raimi tiene claro qué quiere conseguir y debemos dar gracias a Marvel por dejar que un director se vuelque tantísimo con cada escena como ha sido el caso. Pese a todo, también acaba perdiendo parte de su propósito y carisma por el camino, haciendo que al final hayamos pasado un buen rato en el cine, pero poco más.

Es algo que también hay que tener en cuenta, pero ese es el problema con la continuidad: tienes que ser bueno de forma individual a la vez que estableces un contexto que valga la pena y que fortalezca el tema principal para que se puedan seguir creando historias a partir de él. Esta segunda película de Doctor Strange lo borda, aunque solo en uno de los dos aspectos.

07 Gamereactor España
7 / 10
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