Crítica de The Batman

El personaje de Batman ha pasado por un par de años complicados en la gran pantalla. Ben Affleck era el encargado de escribir y dirigir una película en solitario, y las semillas de este mismo guion ya se plantaron en la primera parte de La Liga de la Justicia, de la que parece que haya pasado una eternidad. Su película en solitario nunca llegó a ver la luz, y se prevé que Affleck abandone oficialmente el personaje con una despedida y un 'retcon' de enorme importancia en la próxima película de The Flash.

Al mismo tiempo, el DCEU (o, más bien, el Universo extendido de DC) ha estado, ya de por sí, en tierra de nadie durante bastante tiempo, dejando que algunos héroes interactuasen y conectasen entre sí, mientras otros, como Shazam o El Escuadrón Suicida, prácticamente se quedan en sus propias realidades apartadas. La película de Batman de Matt Reeves no hará que esta dualidad se enrede más, puesto que está completamente separada de cualquier tipo de universo superior que todavía no hayamos visto. De momento, va por su lado.

Menudo lío, ¿verdad? Es lo que toca en un mundo en el que lo que uno se espera es ver historias entrelazadas, y que eso no coja a nadie por sorpresa. Pero The Batman, en esencia, hace las cosas a su manera, y para muchos fans debería ser justo así.

The Batman no es una historia que cuente cosas parecidas a las del primer año del héroe, aunque se acerca bastante. Es una historia de los años dos y tres, que sucede en una Gotham en la que es raro ver a superhéroes y vigilantes enmascarados, y cuando pasa es un acontecimiento totalmente fuera de lo común. El símbolo del miedo ha estremecido a todo el bajo mundo, pero no lo suficiente como para hundir el índice de criminalidad, que está en aumento. Gotham está corrupta, sumamente en peligro y llena a rebosar de funcionarios del gobierno controlados por la mafia. Batman y el Comisario Gordon mencionan que "esto es un polvorín, y Enigma es la cerilla", y no les falta razón. En unas semanas, encenderá la mecha que llevará a un Bruce Wayne melancólico y amenazador, a la par que frío emocionalmente, a una misión imposible a lo largo y ancho de la ciudad, y el misterioso Enigma siempre estará un paso por delante.

Antes que nada, a pesar de que tiene tintes de los temas recurrentes de los superhéroes que son de esperar y que ya conocemos tan bien, se trata principalmente de una película policíaca y de suspense oscura y sesuda, en la que solo un par de agentes del orden intentarán resolver poco a poco un misterio impregnado de tanta corrupción, muerte e intriga, que parece casi imposible de resolver desde el principio. En ese sentido, encaja muy bien con su género, ya que teje casi sin despeinarse una trama que cuenta con una acción apasionante, se despejan las incógnitas de forma satisfactoria (por lo menos la mayor parte del tiempo) y es un retrato eficaz de lo lejos y lo enraizado que puede llegar a pudrirse un crimen, e infectar a los organismos y al sistema desde cero.

Por encima de todo, se trata de una pieza cinematográfica con una actuación magistral, en la que Robert Pattinson interpreta tanto la dignidad punk rock del mítico Batman, como clava al desesperado y casi depresivo Bruce Wayne. Junto a él encontramos interpretaciones casi mejores, como el estilo francamente inspirado en Zodiac de Paul Dano como Enigma, Zoë Kravitz en la piel de Selina Kyle y, sobre todo, Jeffrey Wright en el papel de Gordon. Es evidente que algunos personajes están un poco desaprovechados, como la actuación bien asentada de Andy Serkis como Alfred, y la versión callada de John Turturro en la piel de Carmine Falcone, pero, por lo general, los actores lo hacen de diez y está bastante claro que los han dirigido de forma excelente a lo largo de toda la película.

La obra también tiene una estética increíble, y se mantiene completamente fiel a la Gotham fría, húmeda, mugrienta y sucia que vimos en Batman Begins, hasta cierto punto. Todas y cada una de las tomas están llenas de contrastes y, aunque ya nos han desvelado algunas con los avances, os aseguramos sin lugar a dudas que, durante sus casi tres horas de duración, es un deleite para los sentidos, incluso si la paleta de colores no pasa de los los marrones y los negros. Michael Giacchino también cumple con una banda sonora para la historia, habiéndose inspirado claramente en La Serie Animada, y con una contundencia que no cabe pasar por alto. Es potente, carismática y se utiliza en el momento perfecto a lo largo de toda la película.

Así pues, aquellos que quieran que el género de superhéroes evolucione estarán contentos, dado que es una película de Batman que puede pasar a segundo plano para desenmarañar el misterio de Enigma y crear una nueva versión de Gotham. Los que solo quieran ver a Batman dándole puñetazos a los malos y acechando a su "presa", probablemente pensarán que en la película se pasa un montón de tiempo a otras cosas, como recreando las escenas del crimen y relacionando las pistas.

Sin embargo, hay algunos errores sistemáticos que cualquier clase de público podrá notar. Por ejemplo, tres horas se hacen un poco largas y, aunque no todas las películas largas son malas, se exceden un poco frívolamente, sobre todo en el tercer acto. Además, no todo el mundo estará satisfecho con la particular forma de descifrar algunas partes del misterio central y, aunque no os los podemos desvelar aquí, hay juegos de palabras que causaron algunas risitas entre los críticos en el cine. Está claro que se pasa un poco de larga, pero algunos pueden sentir también que la esperanza, o el corazón, se pierde en medio de toda la crueldad, la mugre, la muerte y la desazón, y a algunos de estos elementos, como la relación de Alfred con Bruce, se les resta importancia para darle más tiempo a... bueno, a todo lo que os acabo de decir.

Dicho todo esto, The Batman está magníficamente escrita, es un tipo diferente de película de superhéroes, que ojalá sea solo el comienzo para Pattinson y Reeves. Tiene la estética, el sonido y la furia para estar entre las mejores versiones del personaje y, aunque cojea en algunas partes y empieza mejor que acaba (como muchas películas de alto presupuesto), sus fallos son pequeños en comparación con la gran suma de cosas.

Batman está de vuelta, su símbolo aparece en el cielo nublado sobre la sentina de Gotham. Ha vuelto, y sí, la espera ha merecido la pena.