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      Port Royale 4

      Análisis de Port Royale 4

      El oro y los recursos de América pertenecen a Europa, claro, ¿pero a qué nación?

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      Como amante de los juegos en los que toca levantar un imperio y vivir la historia, me ilusionaba la idea de probar Port Royale 4 antes que nadie, una serie desconocida para mi. Esta entrega está ambientada en el mar Caribe, a finales del siglo XVI y principios del XVII, una era en la que los grandes imperios coloniales sufrían el acoso constante de los piratas para ver quién se quedaba con la mayor parte del expolio de recursos de las indias occidentales. Sin embargo, este juego va mucho más de comercio que de batalla y conquista.

      La microgestión de los recursos es el aspecto central del gameplay de Port Royale 4. Gaming Mind Studios lo presenta directamente como un juego de simulación comercial, en el que te pasas la mayor pararte del tiempo recorriendo el mapa para tener a punto tus ciudades y naves, sin dejar escapar ni un doblón. Y mira que es grande, pues abarca todas las cálidas aguas del Atlántico occidental, de Venezuela a Florida, las Antillas y Centroamérica. Por primera vez, el escenario está construido al completo en 3 y puedes hacer zoom para acercarte al terreno y escoger bien dónde colocar una construcción o alejarte para tener una visión global. Tiene muy buen aspecto, con sus edificios coloniales monos y sus áreas boscosas, playas de aguas claras y mares profundos azul marino. Hay muchos detalles muy elegantes, como gente caminando por las calles, efectos meteorológicos y ciclo noche y día. La música que acompaña, bueno, es pasable.

      Puedes escoger entre cuatro coronas y cada una de ellas presenta cuatro personajes que se decantan más por un arte, ya sea el comercio, la construcción o la piratería. Los españoles son el poder establecido y arrancan controlando la mayor parte del territorio. Inglaterra es el novato que llega a plantar cara a España. Los franceses tienen su capital en Luisiana (llamada así por Luis XIV) y también buscan ampliar sus fronteras a costa de los de Carlos II. Por último está la potencia del momento, la República de Holanda, a la que me hubiera gustado elegir para empezar; pero no, porque primero hay que ganar una campaña con España para después pasar al resto. No pasa nada, porque el juego consigue trasladar bastante bien la situación histórica del momento y trasladar la posición ofensiva y defensiva de cada facción.

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      Port Royale 4

      Siendo el comercio la mecánica central de la partida, la recolección de recursos es esencial. La gracias está en que en cada territorio escasea algo que a otro le sobra, así que hay que construir barcos y enviarlos a transportar los excesos intentando conseguir los precios más favorables. El estudio no se ha quedado corto en esta parte, pues ha incluido 18 navíos históricos distintos, que se pueden agrupar en flotas para aumentar la carga y la protección. La presentación de lo que hay en abundancia o de lo que escasea en cada ciudad con unos iconos de color verde y rojo muy fáciles de interpretar. Por último está la moneda de cambio, que es directamente el oro y que hay que invertir en los propios barcos, en la mejora de las ciudades o en el aumento de la capacidad productiva.

      A pesar de que el tutorial es bastante bueno, me costó cogerle el punto al sistema de compraventa. Mejor se dio eso de navegar a mano para proteger los intercambios, aunque es una tarea que se puede automatizar por completo: se establece una ruta, una mercancía y consigue los mejores precios. Por desgracia, eso de tener que estar comprando y vendiendo a mano o diseñando las rutas se empezó a poner tedioso bastante pronto. Es que estar ahí monitorizando parece prácticamente un trabajo real, y aunque ya se sabe que los simuladores tienen esta estructura y se ha demostrado que funciona, a este le puede costar un poco más encontrar público objetivo.

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      Menos mal que Gaming Mind Studios ha metido otros elementos para que no todo sea comportarse como un oficinista. Cada nación tiene un virrey que te va marcando la partida con sus demandas, como puede ser ampliar las colonias o construir edificios concretos. De ven en cuando van surgiendo estas tareas que sirven para ganar puntos de popularidad. ¿A quién no le da buena imagen encontrar un mapa del tesoro? Estos puntos sirven para desbloquear tecnologías, construir buques de guerra y contratar a los capitanes que los dirijan. Así van llegando variantes que evitan que Port Royale 4 se estanque.

      Ahora que ya tenemos soldados, ha llegado la hora del combate. El estudio ha decidido pasar de batallas a tiempo real a otras por turnos, con salvas de cañonazos hasta tener al enemigo a punto para el abordaje. Es raro que hayan cambiado la perspectiva justo ahora que han pasado a gráficos 3D y además no encaja con el ritmo de partida de todo lo demás. Es un formato deslucido que no consigue trasmitir que estás en un enfrentamiento real, algo que además va notándose cada vez más cuando se vuelven importantes, en una etapa avanzada de la partida.

      Después está la condición de victoria, que es muy radical. Se gana o se pierde si las fuerzas están muy igualadas o muy desniveladas; en el resto de casos es por rendición. Por otra parte, la piratería no lleva a ningún lado, porque por mucho que conviertas ices la bandera negra con calaveras en tus antiguos buques marinos, cuanto te lanzas al saqueo te das de bruces con unas patrullas y fuerzas defensivas terribles. Y si intentas huir es aún peor, porque siempre te acaban pillando y hundiendo todo.

      Port Royale 4

      No es un juego fácil, no. Terminar una campaña me ha llevado unas 15 horas, pero seguro que se puede recortar tiempo con más experiencia o alargarlo tanto como uno quiera. Logré crear rutas comerciales fructíferas, pero hay que estar muy pendientes de ella para que no dejen de serlo. Y cuesta mucho ser un buen gestor comercial cuando los enfrentamientos militares y los asaltos entran en escena. La guerra drena recursos y el empobrecimiento empieza a asomar a la vuelta de la esquina.

      Visto con perspectiva global, Port Royale 4 es un simulador de comercio con mucho detalle que va a encantar a quienes se entretienen con la microgestión, porque sabe mantenerte en vigilancia y ponerte en apuros para que no te acomodes. Conseguir el óptimo cuesta mucho y se pierde pronto. Todo, montado sobre un bonito mapa en el que casi todo está bien hecho, excepto las batallas, que pueden suponer la parte frustrante de la partida. Un viaje al Caribe como nunca habías imaginado.

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      07 Gamereactor España
      7 / 10
      +
      Un mapa precioso y minucioso. Comercio afinado al máximo.
      -
      Excesiva volatilidad de los precios. El combate naval por turnos.
      overall score
      Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países

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