Análisis de The Cave

Hay muchas formas de explicar qué es The Cave, pero en realidad sólo hay una forma de comprenderla totalmente: adentrándote en ella y descubriendo por ti mismo lo que esconde. Si preguntas a La Cueva (sí, es una cueva que habla) qué es en realidad, probablemente te dirá algo así como "La Cueva es un acertijo envuelto en una metáfora y atrapado en una oscura y húmeda formación rocosa". Un periodista de videojuegos la describiría como "un plataformas de desplazamiento lateral con mecánicas de point-and-click", o quizás como "un Limbo mezclado con Monkey Island".

The Cave es interesante desde un punto de vista estructural (nunca mejor dicho). En lugar de ofrecer una partida larga de principio a fin, hay que decidir entre siete personajes distintos al comienzo de esta historia poco común de espeleología. De esos siete hay que escoger tres, y esa elección determinará las tres áreas de la aventura principal que explorarás durante esa vuelta al juego. También hay zonas de transición, por lo que cada partida podría decirse que consiste en siete localizaciones.

Es un poco extraño que tengas que re-jugar tres veces, y verás que de esta forma reciclan bastante material en tu viaje para conocer cada rincón de The Cave. Pero este planteamiento también sirve para conseguir una experiencia cooperativa más entretenida, pues puedes meterte y jugar una sección, o incluso toda una vuelta al juego sin tener que aguantar toda la duración.

Así es. The Cave está preparado para jugar en equipo (hasta tres jugadores controlando a los personajes), y si bien no existen mecánicas co-op como de costumbre que exijan acciones simultáneas (el jugador solitario siempre puede ir cambiando de personaje y los puzles y retos serán los mismos), queda claro que esta es una aventura confeccionada para disfrutar con uno o dos amigos más.

Cooperar en un juego como este no es algo necesariamente sencillo, pues te quedarás mirando cómo los otros jugadores realizan tareas o intentan dar con la solución de los enigmas durante largos ratos de juego.

No son para tanto estas secuencias en las que te dedicas a contemplar más que a jugar, pero hasta que queda claro el puzle (y naturalmente el segundo y/o tercer jugador ayudan con las soluciones), puede hacerse algo tedioso. Tampoco ayuda si los jugadores ociosos hacen sugerencias tan útiles como "¡salta!" o "pulsa el botón". Pero al menos pude contenerme de apropiarme del personaje del otro jugador (pulsando la cruceta digital)... ¿o no es lo que hice? Lo que pasa en La Cueva, se queda en La Cueva, pero lo cierto es que puedes acabar perdiendo un compañero co-op.

La herencia se nota bastante en The Cave. En primer lugar ha salido de la mente de Ron Gilbert, y en segundo lugar ha sido elaborada por el talentoso equipo de Double Fine bajo la supervisión de Tim Schafer. Como cabría esperar con esta combinación, las coñas y chistes no paran, principalmente cerca del humor negro. También se identifica un cierto aire Tim Burton en toda la aventura de The Cave que nunca pasa inadvertido, especialmente con Los Gemelos, pero hay que decir que el juego presenta una gran variedad en términos de personajes y sus respectivas zonas.

Y no solo el diseño de los personajes destaca en esta obra (una vez más, los Gemelos son brillantes, y el Caballero también). También los escenarios se han cuidado al máximo y siempre parece que hay espacio para ese pequeño detalle adicional. A veces me puse a morir una y otra vez solo para ver la animación del Paleto pereciendo ante la electricidad, o consumiéndose entre las llamas de un dragón. En realidad no hay penalización por morir, sino todo lo contrario: siempre puedes hacer muerte súbita y reaparecer en un punto cercano.

Los tres personajes que escoges no están solos en su viaje. Siempre van acompañados de La Cueva parlante, y el guión en este caso es sublime, de lo mejor del juego. También espera un buen puñado de personajes con los que te cruzarás en las galerías, aunque es difícil decir si están realmente ahí o si en verdad son un efecto secundario de los gases que salen por las grietas de la roca. Algunos son más memorables que otros, pero siempre se advierte una atención al detalle y un genial toque creativo en todos y cada uno de ellos.

Cada uno de los siete personajes principales cuenta con una habilidad especial que podría servir de ventaja en algunos puzles, aunque más importante es que esa habilidad les permite acceder a sus áreas dedicadas. El Paleto puede respirar debajo del agua y así nadar distancias más amplias, el Caballero puede encender una luz sagrada y adquirir inmortalidad, los Gemelos cuentan con el peso de sus espíritus para mover presas, el Aventurero tiene un gancho para agarrar, etc.

Hasta cierto punto se podría decir que hay varias soluciones para algunos puzles, pero en realidad y durante casi todo el rato, The Cave se rige por las reglas de las aventuras point-and-click de la vieja escuela, en las que encontrabas un objeto y debías usarlo de cierta manera para seguir adelante.

Sin embargo, hay que indicar que las soluciones, por regla general, no son tan rebuscadas como en clásicos del género como El Día del Tentáculo o Grim Fandango. De hecho, los puzles con los que me he enrollado más solían tener soluciones muy sencillas que habitualmente consistían en mover una caja o algo igual de corriente.

Me quedaría con muchos momentos memorables de The Cave, pero como no quiero estropearlos aquí, mis descripciones serán breves y vagas. El relato del Paleto es sobre un amor fogoso y apasionado, y sucede durante una feria en la que conocerás a "un hombre con fuerza ordinaria" y "bailarines con vestimentas exóticas". Todos los personajes aquí son recortes de cartulina, lo que consigue una experiencia aún más surrealista que en otras áreas del juego.

La historia del Caballero es igual de memorable, pues va en busca de gloria, fama y poder de una forma nada honesta. Hay una línea genial aquí, sobre quitarle cierto pringue a un amuleto antes de presentarlo al rey...

El terreno de la Científica, un complejo de lanzamiento de misiles, es un ligero bajón respecto a los demás, pero sigue dentro de la genialidad y tiene un mono, que siempre mejora las cosas. Un mono que hace de sistema de guía del cohete que vamos a lanzar. Cuando la parte menos currada de un juego tiene un mono que guía un cohete, en realidad no puedes quejarte y ya sabes lo que te puede deparar el resto.

Le podría poner una o dos pegas a The Cave. Me habría gustado contar con la opción de no tener que repetir ciertas secciones durante la segunda y tercera vuelta, y también creo que el sonido de flotar del Viajero del Tiempo es algo irritante. Pero como imaginarás, son quejas menores.

The Cave es una aventura extravagante y maravillosa, poblada por gente oscura y repelente. No terminas en La Cueva si eres un ciudadano hecho y derecho lleno de empatía, honradez y rectitud. Como el juego hace buen uso de mecánicas simples y probadas, y por mucho que parezca un plataformas en la superficie, en el fondo (de La Cueva) es una aventura de toda la vida. A lo mejor no tan desafiante como las aventuras point-and-click del pasado, pero esta Cueva tiene cierta profundidad, especialmente si te propones recolectar todos los 'easter eggs' que te servirán como Logros y Trofeos.