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Axiom Verge

Análisis de Axiom Verge

Tom Happ se saca de la manga una aventura de plataformas de la vieja escuela que rezuma el espíritu ochentero de Metroid pero que encaja en 2015.

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Si hay algo que de verdad echamos de menos, es, sin duda, la serie Metroid. Es una pena ver cómo Nintendo se preocupa tan poco por esta maravillosa, única franquicia hoy en día. Por eso, nos alegramos muchísimo cuando supimos que un hombre llamado Tom Happ había decidido crear él solito un juego que recuperaba el clásico espíritu de Metroid. A primera vista, Axiom Verge tiene el aspecto de un título de NES y se comporta como si lo fuese: los gráficos son descarados, y la música y los efectos de sonido, así como el sistema de juego, son idénticos a los de la clásica consola de Nintendo... o al menos eso parece a primera vista.

En cuanto empezamos a profundizar un poco, el juego muestra una complejidad sorprendente. El secreto radica en la satisfacción que sentimos al mejorar a Trace, nuestro personaje, o cuando por fin conseguimos derrotar al escorpión gigante después de haberlo intentado mil veces. El desarrollador ha optado por centrarse en la esencia de los videojuegos, es decir, el placer de jugar, y en Axiom Verge el placer de jugar está presente de principio a fin.

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Nada más empezar, nuestro personaje obtiene un arma, que será la que nos acompañe durante toda nuestra aventura. A lo largo del juego, iremos encontrando mejoras que la harán más poderosa y le otorgarán nuevas funciones, como la posibilidad de disparar proyectiles explosivos para desencadenar un terrible infierno ante nuestros ojos. La mayor parte de los enemigos tienen un único punto débil, por lo que nuestro trabajo consistirá en dar con él. Al igual que en Metroid, cada cierto tiempo nos vamos encontrando con puntos de control desde donde volvemos a empezar cada vez que morimos. Se podría decir, por tanto, que el juego no termina nunca, ya que, de alguna manera, siempre acabamos por reencarnarnos. Mola. Además de las mejoras que ya hemos mencionado, también conseguiremos potenciadores que nos permiten expandir nuestros puntos de vida y diferentes batas de laboratorio, que nos proporcionan una ventaja táctica sobre nuestros enemigos. Al final, incluso tendremos acceso a un dron con el que podremos alcanzar zonas a las que nos resultaría imposible llegar de otro modo.

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El mundo en el que se desarrolla el juego está dividido en varias secciones, cada una con su propio jefe final. Se trata de un mundo con unas dimensiones increíbles, tanto que, cuando creemos que ya lo hemos descubierto todo, siempre encontramos nuevas zonas que todavía no habíamos visitado porque estaban cerradas. En Axiom Verge siempre hay algo que ver o hacer. También hay zonas donde los escenarios, los enemigos y los secretos de la propia estructura se generan de forma automática. Una vez terminamos el juego, podemos intentar pasárnoslo en modo Speedrun, que mide el tiempo que tardamos en completarlo. Este modo nos deja saltarnos los diálogos, ya que el objetivo principal consiste únicamente en llegar de un punto A a un punto B.

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La banda sonora es fantástica. Al principio, con ella también casi parece que estamos jugando a un título de NES y, cuanto más jugamos, más elementos vamos descubriendo. La música acaba siendo intensa, emocionante y mística, y los efectos de sonido son justo como deberían ser en un juego de este tipo: muy retro.

Sin embargo, es en el aspecto visual donde Axiom Verge brilla con luz propia. Sí, es verdad que parece sacado de la época de los 8-bit o principios de la era 16-bit, pero el juego alcanza un nivel de detalle que sería impensable en la veterana consola de Nintendo. Además, el desarrollador ha dejado a propósito algunos 'bugs' y 'glitches' que no solo alimentan nuestra nostalgia, sino que, al mismo tiempo, sirven para ocultar ciertas zonas de los escenarios. Todo esto convierte a Axiom Verge en un juego complejo e innovador. Puede que parezca algo pasado de moda, pero ofrece suficientes elementos novedosos como para evitar que nos sobrepase la nostalgia, y esto es algo de lo que deberían aprender otros títulos.

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Es bastante complicado hablar de aspectos específicos de Axiom Verge porque se trata de uno de esos juegos que hay que experimentar en toda su extensión. Al principio, no se nos proporciona ningún tipo de tutorial. De hecho, algunas de las funciones ni siquiera se nos mencionan hasta que las descubrimos por nosotros mismos. Está claro que en aquí nadie nos va a llevar de la manita enseñándonoslo todo, algo de lo que a menudo pecan otros títulos, que casi nos empujan a ir hasta el objetivo. Axiom Verge se centra principalmente en la exploración y la búsqueda soluciones rápidas a los problemas con los que nos vamos encontrando. Al igual que Trace, estamos solos. Sí, es cierto que cada vez que recogemos un objeto nuevo aparece un mensaje, pero la información se reduce a algo del estilo "Pulsa el botón X para hacer tal cosa".

Como ya hemos mencionado, Axiom Verge ha sido desarrollado por una única persona, un hombre que se pasó cinco años trabajando en el proyecto. Sin duda, se trata de toda una hazaña en un mundo dominado por súper-producciones triple A con presupuestos astronómicos, y el hecho de que el juego sea tan divertido hace que este logro sea, si cabe, aún más sorprendente. Si os consideráis verdaderos fans de los videojuegos, tenéis que probar Axiom Verge. Es una experiencia de la que no os arrepentiréis.

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08 Gamereactor España
8 / 10
+
Un mundo enorme, gráficos y efectos de sonido nostálgicos y muy pulidos, montones de secretos por descubrir.
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A veces puede resultar demasiado simple, al final... se acaba.
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países

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ANÁLISIS. Autor: Kim Visnes

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