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Análisis HTC Vive: ¿La holocubierta o un relleno para cubrir ese vacío?

La Realidad Virtual por fin ha llegado a las manos del consumidor y nos ha dejado confusos, provocándonos todo un dilema.

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"¿Holodeck o Hollow Tech?", nos preguntamos. Seguro que no somos los únicos que hemos crecido en los 90 con Star Trek: La nueva generación en nuestros televisores CRT, viendo cómo la tripulación de la Enterprise hacía juego de roles en la holocubierta. O los únicos que, años más tarde, nos volvimos locos con el tiempo bala en Matrix cuando Neo sale de un universo virtual, del que viene y va, mientras lucha contra las máquinas por la supervivencia de la humanidad. Por aquel entonces era ciencia ficción y, aunque no insinuamos en absoluto que el HTC Vive (o incluso el Oculus Rift o PSVR) ofrezca algo similar a la experiencia de la holocubierta con la que tanto hemos soñado, parece que sí que hemos dado los primeros pasos importantes en ese camino.

Sin embargo, estos primeros pasos también demuestran lo lejos que estamos de la holocubierta y lo largo que va a ser el camino hasta ella, porque aunque el Vive ofrezca momentos totalmente brillantes, no estamos seguros de que eso sea suficiente ahora mismo. Puede que tengamos ante nosotros la primera hornada de 'headsets' de RV de alta calidad, pero todavía le queda un largo camino que recorrer para convertirse en 'mainstream'. Lo que nos encontramos ahora parece lo que realmente es: hardware de primera generación.

Cuando compras el HTC Vive no viene precisamente listo para usar una vez que lo sacas de la caja. No vamos a deleitaros con consejos sobre cómo mejorar vuestra casa y cómo reorganizar vuestro mobiliario, pero queremos deciros antes de nada que este casco es el que exige más inversión, más tiempo, más espacio y más compromiso de todos en comparación con sus rivales de RV. Los dos sensores Lighthouse tienen que colocarse a una altura de al menos 182 cm. y puedes atornillarlos a las paredes o atarlos a estanterías (o a trípodes, en caso de que tengas). El casco está unido a una maraña de cables y te hará falta una regleta adicional para conectar las fuentes de alimentación. Aunque configurarlo es bastante fácil, puede llevarte mucho tiempo.
 
Además de eso, la clave para que puedas disfrutar al máximo de tu headset es el espacio: necesitas mucho espacio. ¿Cuánto? Pues bien, nosotros hemos jugado en una habitación con un tamaño bastante decente y aún así algunos juegos requerían más metros cuadros de los que nosotros hemos podido reunir. Si tienes un salón del tamaño de una caja de cerillas o si tienes pensado jugar en una esquina de tu cuarto, mejor que guardes la cartera. Puede que Vive tenga unas ventajas comerciales únicas, pero los requisitos en cuanto a espacio descartan a bastantes compradores potenciales.

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El HTC Vive, codesarrollado por Valve, supone la mayor inversión financiera en RV que se puede hacer en la actualidad, y eso solamente con respecto al headset. Puede que también necesites actualizar el PC para conseguir la mejor experiencia posible (además, si quieres usarlo en una habitación lo suficientemente grande como para poder aprovechar al máximo cada juego, quizás hasta tengas que comprarte una casa más espaciosa). Pero bueno, si asumimos que tu equipo da la talla y dispones del espacio físico suficiente, el headset queda como la inversión principal (cuesta 799 euros). Con ese dinero, consigues el casco, dos mandos, dos sensores Lighthouse, auriculares, una caja de enlace y una serie de cables para conectar todo.

La cuestión es, ¿funciona? ¿ofrece la experiencia de RV por excelencia? Intentaremos responderos a eso lo antes posible, pero es un tema delicado porque como quedará claro a lo largo de este análisis, la Realidad Virtual no es para todo el mundo y, dentro de esta, Vive no es para todo el mundo que quiera una experiencia de RV.

Análisis HTC Vive: ¿La holocubierta o un relleno para cubrir ese vacío?
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Uno de los puntos fuertes de Vive es su versatilidad, en el sentido de que puedes jugar en una habitación grande (sería lo ideal), en una pequeña, de pie o sentado. Sin embargo, aunque Vive abarca mucho, ¿realmente aprieta? Para empezar, podemos decir que ninguno de los otros headsets ofrece RV a escala de habitación, así que en ese sentido el producto de HTC vence a su competencia. Por lo tanto, será esta área la primera de la que hablaremos.

Los dos sensores Lighthouse colocados en lados opuestos del espacio de juego siguen los movimientos del headset y de los mandos, lo que te permite moverte libremente dentro de los confines del espacio digital predeterminado, el cual está definido 'in-game' por un límite que puedes personalizar. Para definir el espacio utilizas los mandos que vienen en la caja y esto, junto con avisos del juego cuando te acercas demasiado a los límites, significa que puedes disfrutar del espacio virtual con relativa seguridad (siempre hay algo de peligro cuando no puedes ver, especialmente en este caso con la maraña de cables que emanan de la parte trasera del headset).

Los distintos desarrolladores han trabajado en una gran variedad de posibles formas de desplazarte por el juego, pero la mayor parte de ellas implican que tengas que usar los 'touchpads' de los mandos para indicar a dónde te gustaría moverte. Y a veces incluso te permiten ajustar la dirección a la que apuntarás cuando llegues así. Es un sistema bastante sencillo, que funciona. En juegos con ritmos bajos está bien, pero puede resultar un poco confuso o poco orientativo con títulos de acción en los que necesites moverte más rápido para evitar los daños.

La eficacia del movimiento en el espacio digital está determinada generalmente por el software y por el tipo de atmósfera que esté intentando conseguir. Por ejemplo, jugar al mini golf es bastante fácil: haces clic en el lugar al que quieres ir, lanzas y vas a por el siguiente. Si lo que quieres es intentar esquivar los ataques enemigos, dependes mucho más de que los controles de movimiento sean precisos y fiables. Dominar la estrategia exige algo de práctica, pero pronto resulta bastante intuitivo y se utilizan variantes de la misma en distintos títulos, por lo que hay bastante 'crossover'.
 
Otra cosa que nos ha gustado mucho han sido los mandos y cómo los han reproducido en el espacio de juego. Algunos adoptan la forma literal de un par de mandos, otras veces los ves con diseños adaptados y en otras eres capaz de coger e interactuar con objetos del mundo, sujetarlos, tirarlos y cosas de ese estilo. Sí que hemos tenido un par de problemas con el seguimiento del headset y de los mandos y de vez en cuando nos hemos sentido un poco desorientados y se nos ha estropeado un poco la experiencia por culpa de manos/mandos que desaparecen o el hecho de cambiar de posición y no aparecer en dónde nos esperábamos en comparación a los movimientos que llevábamos a cabo en el mundo real (consejo de experto: asegúrate de que no hay espejos en la pared de la habitación en la que juegues). Aún así, cuando funciona, funciona muy bien y tienes una sensación de pertenencia a ese lugar como nunca habrás experimentado en un videojuego hasta ahora.

Ya que no todo el mundo puede cumplir los requisitos de espacio en cuanto a la Realidad Virtual a escala de habitación, la otra opción abierta a los jugadores es estar de pie o sentado. Por ejemplo, ir sentado como copiloto de una nave espacial o de un avión te da una sensación increíblemente natural y suponemos que los fans de la simulación estarán entre la primera oleada de jugadores tempranos por buscar añadir realismo adicional a su afición. Si vas a sentarte en la cabina de un camión y luego maniobrar tranquilamente con tu vehículo durante horas, entonces la RV es la herramienta perfecta para potenciar tu juego.

Sin embargo, no importa si estás sentado en la cabina de un tren o pilotando un vehículo de carreras como alma que lleva el diablo: no hay garantía de que la Realidad Virtual no te vaya a dejar como un pato mareado (es un problema de la RV, no solamente de Vive). Al jugar a juegos que ofrecían seis grados de libertad, como Elite: Dangerous, acabamos mareados. Aunque con otros de carreras del tipo Wipeout como Radial G: Racing Revolved no tuvimos que tener localizado un cubo para vomitar, no nos sentimos precisamente bien al quitarnos el headset. Es simplemente que no hay manera de saber si vas a experimentar cinetosis hasta que lo pruebas por ti mismo, pero la desconexión entre la realidad que estabas percibiendo y la verdadera realidad puede tener un efecto negativo.

Análisis HTC Vive: ¿La holocubierta o un relleno para cubrir ese vacío?

La cosa puede ponerse más fea y hemos asistido en primera persona a cómo un jugador tenía una reacción casi violenta con el aparato, cuando, tras perder la conciencia sensorial del mundo real, entró en pánico y arruinó por completo cualquier posible diversión que hubiese podido tener hasta el momento. Esto puede contrarrestarse hasta cierto punto al poder utilizar la cámara en el headset para planear el ambiente que rodea al jugador, con el cual (fuera bromas) parece que estás viendo a través de los ojos de Terminator. De esta forma, puedes ser consciente mientras juegas de lo que te rodea realmente con tan solo tocar un botón. Pero tampoco estamos seguros de si será suficiente como para convencer a alguien por completo de que se sumerja en el campo virtual.

La RV puede constituir una experiencia bastante intensa y quizás no sea algo que te resulte cómodo probar durante periodos muy largos de tiempo. Nosotros la hemos disfrutado más cuando jugamos en periodos cortos, mientras que hay otras personas que disfrutan jugando durante mucho más tiempo. También tenemos que decir que a otras personas simplemente no les ha gustado, sin importar si la experiencia es corta o larga, y no precisamente debido a la intensidad, ansiedad o cosas de ese tipo. Ya sea por el diseño del headset, por la calidad de los gráficos o la falta de madurez del medio, que a algunos como a Petter Hegevall de Gamereactor de Suecia no les ha gustado el Vive.

Sin embargo, las cosas no son tan negras tampoco y hemos leído artículos de personas que han tenido una experiencia alucinante jugando con el Vive y también hemos hablado con amigos o compañeros que se han quedado con unas experiencias tremendamente positivas. De hecho, Christian Gaca de Gamereactor de Alemania lo pasó estupendamente con el headset. Y aunque nosotros no estamos completamente convencidos con la RV, tenemos que admitir que hubo unos cuantos momentos en los que nos hemos vuelto locos con algunas de las experiencias virtuales.

Sin embargo, el problema es el siguiente: estos momentos tan alucinantes son tan solo eso, momentos. Tanto conocer a la ballena de the Blu, como lanzar planetas en Universe Sandbox 2 o jugar a algunos de los mini juegos disponibles en The Lab son experiencias increíbles, destellos que prometen un futuro de entretenimiento interactivo. Sin embargo, si echamos un vistazo al abanico de software al que tenemos acceso, y más allá de la creciente librería de Steam, es difícil encontrarse con una app brutal que convierta a la Realidad Virtual en una aventura esencial en 2016.

No queremos juzgar el headset basándonos en el software que se encuentra disponible para él, porque no es culpa de HTC o de Valve. No obstante, sí que es su problema. Actualmente, la variedad de juegos disponibles parece una colección de demos y de prototipos, algunos de ellos poco trabajados y otros demasiado simples. Incluso algunas de las experiencias más económicas se parecen a algo que podrías encontrarte en el disco lleno de mini juegos que te proporciona Nintendo con cada consola para ponerte los dientes largos con el potencial de lo que te espera en los próximos años (de hecho, Valve se ha ocupado de esto en esta ocasión con The Lab, la cual seguramente sea la mejor experiencia de RV que puedas tener en Vive ahora mismo). Salvo en ese caso, las experiencias van de títulos con precios bajos a medios y probarlos solamente incrementará el gasto total.

Incluso los juegos que ya conocemos y que nos gustan como Elite: Dangerous no se han beneficiado mucho de la inclusión de la funcionalidad de la RV. Sí que es cierto que hemos disfrutado viendo el interior de nuestra nave espacial desde una nueva perspectiva, pero tampoco es que haya cambiado la forma de jugar drásticamente o de hacernos volver a jugar durante más tiempo, esto debido a la intensidad de la experiencia y a la sensación en nuestro estómago cada vez que teníamos que balancearnos en nuestro barco para evitar que nos dañasen.

Tampoco ayuda el hecho de que la resolución de 2160 x 1200 no sea tan nítida como debería para favorecer la inmersión completamente, ni que puedas ver cada uno de los píxeles. Siendo sinceros, los cables que se enredan entre tus piernas tampoco ayudan a la inmersión. Hemos utilizado el headset con un sistema que reunía los requisitos recomendados, pero en ningún momento nos ha sorprendido la fidelidad visual de nada a lo que hemos jugado. Si tenemos en cuenta que es, sin duda, la opción de RV más cara, no estamos seguros de que exista la calidad extra necesaria para que el Vive se ponga a la cabeza y coja distancia con respecto a su competencia, más allá de la funcionalidad a escala de habitación.

Análisis HTC Vive: ¿La holocubierta o un relleno para cubrir ese vacío?

Con relación al propio headset, es bastante pesado y un poco rígido, a lo que tienes que sumar peso adicional a causa de los treinta y pico sensores que se encuentran en su interior. Aunque no es algo que no puedas soportar después de una sesión de juego bastante larga, tampoco es especialmente cómodo. Se hace un poco pesado en los pómulos después de un rato y en las experiencias más activas (o si eres lo suficientemente afortunado como para vivir en un sitio con buen tiempo) puede hacerte sudar. El hecho de que no tenga integrados unos auriculares nos ha parecido un descuido, sobre todo si se tiene en cuenta el precio, y el aspecto de las correas tampoco se corresponde con su precio elevado. Dicho esto, tenemos que añadir que las lentes son de alta calidad y nos ha gustado la opción de ajustar el enfoque mediante un dial en la parte delantera de la caja.

En cuanto a los mandos, estos son sencillamente brillantes. Son ligeros, sólidos, intuitivos y, por lo general, no fallan. Fue bastante incómodo cuando los sensores no eran capaces de rastrearlos con exactitud, pero no fue algo que pasase a menudo y la calidad del conjunto es alta. Nos han gustado los trackpads (son una buen solución y te permiten bastante flexibilidad) y la posición de todos los botones es el resultado de un diseño cuidado y con sentido. De hecho, contribuyen a potenciar la experiencia de la Realidad Virtual y hacen que parezca realmente futurista.

Una calidad similar nos la encontramos en la interfaz de usuario de Steam. Resulta sencillo navegar por los menús, cerrar aplicaciones y abrir otras nuevas (esto se debe, en gran medida, a la calidad del diseño de los mandos). La habilidad de Valve de desarrollar software intuitivo brilla a este respecto y hemos tenido muy pocos problemas levantándonos y corriendo o accediendo a lo que nosotros queríamos. Puede ser un poco atareado, pero es llevadero y, si quieres, incluso puedes conectar el propio software de Vive con tu cuenta de Steam y acceder a la biblioteca de juegos de esa forma. Sin embargo, la resolución de problemas y el servicio de asistencia técnica podrían haber sido mejores.

Los dos sensores Lighthouse que vienen en la caja completa el paquete de software. Al principio, nos ha parecido que no eran muy de fiar en cuanto al seguimiento, pero más tarde descubrimos que un espejo que teníamos en la pared hacía que estos se volviesen locos. Montar los sensores es toda una hazaña y en algunos casos conlleva
un taladro y algunas modificaciones de la casa, lo cual puede no ser una opción para las personas que viven de alquiler. Sin embargo, esta tecnología tiene beneficios evidentes y, sobre todo, te permite colocarte en un espacio virtual mayor en el que puedes caminar e interactuar de forma más natural, cosa que aumenta considerablemente la sensación de inmersión.

Podemos decir que, sin duda, hay algunas experiencias increíbles que vivir en el ámbito virtual, pero muchas de ellas son breves y desechables, a las que solamente juegas una o dos veces y no vuelves a tocar de nuevo (o que solo se vuelven a descargar cuando alguien que nunca ha jugado en RV quiere echar un ojo). No queremos juzgar el headset por la calidad del software que se desarrolla externamente, pero la falta de una app rompedora junto con el surtido de títulos de lanzamiento hace que sea imposible obviar ese factor fundamental, sobre todo cuando el precio de entrada es tan elevado. Otro gallo cantaría si estuviésemos hablando de un kit que costase 190 euros, pero adquirir un headset de RV tan caro como este parece una apuesta bastante arriesgada cuando el futuro todavía está sin definir.

Nuestro consejo es que si todavía estás debatiéndote entre comprarlo por adelantado o no, quizás es mejor que te asegures de probar el headset primero antes de poner el dinero sobre la mesa y estudiar largo y tendido la lista de próximos juegos, porque actualizar tu hardware y comprar el dispositivo son solamente los primeros pasos. Después de eso, tienes que seguir alimentándolos con juegos y experiencias o, si no, acabarán cogiendo polvo en la estantería.

En nuestro caso, hemos tenido una experiencia un tanto extraña con el HTC Vive. Por un lado, nos ha ofrecido una experiencia bastante impresionante y la habilidad de moverte por el espacio digital gracias a la tecnología a escala de habitación lo coloca en una posición de ventaja con respecto a sus competidores, Oculus y PSVR. Por el otro, no hay suficiente software, el seguimiento no era 100% fiable y algunos juegos pueden ocasionar malestar. Sin duda, hay potencial y en un par de ocasiones hemos estado convencidos de que nos encontrábamos ante el futuro. Sin embargo, tal y como está actualmente, el Vive solamente nos deja entrever en lo que se convertirá algún día y una vez que conseguimos cerrar la boca y empezamos a buscar nuevas experiencias importantes, nuestro entusiasmo empezó a decaer. Dado que no hemos jugado a todos los juegos, es difícil daros una opinión definitiva pero, por el momento, seguimos sin estar convencidos.

Puede que la Realidad Virtual sea el futuro de los videojuegos o, al menos, una parte de él, pero es un futuro que todavía parece bastante lejano y, desde luego, no parece una inversión sensata en este momento. Sin embargo, si estás deseandito meter a la RV en tu vida y estás equipado para la aventura, adelante, porque desde luego también tiene su mérito. Lo que sí que tienes que saber es que te estás adentrando en territorio fronterizo y, aunque una nueva frontera puede traer consigo experiencias increíbles y emocionantes, tampoco tienes garantía de que te guste lo que te vas a encontrar por el camino o si vas a querer quedarte durante mucho tiempo en ese territorio una vez que llegues a él.

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07 Gamereactor España
7 / 10
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Versátil para distintas configuraciones y espacios. Geniales mandos para las manos. Te mueves por la habitación. Hardware puntero. Es pionero.
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Algunos problemas de seguimiento. Requisitos de espacio. El catálogo todavía no está lleno de indispensables. Es prematuro.
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países


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