Análisis del ratón Roccat Kain 200 AIMO

Hace unas semanas os hablamos del ratón Kain 120 AIMO de Roccat, que nos gustó por su forma nada estrambótica y su precio ajustado para estar en la clase media. Pasamos ahora a echar un vistazo al Kain 200 AIMO, un modelo wireless que comparte bastante con su hermano con cable.

La gran diferencia entre ambos está en el tipo de conexión al equipo, porque aquí no hay ataduras al PC, al menos la mayor parte del tiempo. Para muchos de nosotros es un incordio tener tanto cable suelto por el escritorio, así que se agradece. A cambio, tendrás que tener siempre a mano el cable USB para cargarlo cuando se esté quedando sin batería y renunciar a uno de los puertos que su minúsculo receptor USB ocupa. Un problema que más bien para portátiles que para sobremesa, que suelen disponer de más entradas.

Este cambio de forma de conexión también afecta al precio, pues estamos hablando de un modelo que se va por encima de los 100 euros. Pero por ese dinero te estás llevando a casa un ratón con muchas posibilidades, fácil de usar y bonito. Porque, como con su predecesor, el fabricante ha optado por un diseño sencillo y elegante. Nos gusta especialmente el acabado mate de la carcasa, el efecto lija de la zona central y el toque minimalista de la iluminación RGB.

De tamaño no es excesivamente grande, se adapta bien al de una mano de hombre adulto convencional. Son 105 gramos, y como funciona con su propia batería, no se deja notar ese peso extra de las pilas AA de otros modelos. De nuevo, está en una peso medio para que tenga consistencia y no sea una carga, ideal para quienes no buscan algo fuera de lo común.

De esa batería incluida hemos sacado una semana de uso completa antes de tener que cargarlo otra vez. Como decíamos, se recarga mediante su propio cable USB. Basta con enchufarlo, y durante el proceso se puede seguir utilizando con normalidad. Preferimos este formato a las estaciones de otros modelos, que al final son otro trasto sobre la mesa. Los datos oficiales son 50 horas de uso sin luz y 35 con ella, y lo equiparan a cuatro semanas. Nosotros lo usamos más cada día.

El clic es uno de sus puntos más fuertes, como lo era en el 120. Esa tecnología que han llamado Titan Click (porque ya que pones nombre a un clic, cualquier cosa no valía) realmente transmite una buena sensación con cada pulsación, y gracias a eso trabajar o jugar con el ratón Kain 200 AIMO de Roccat da gusto. También ofrece varios parámetros configurables, mientras que su sensor Owl-Eye de 16.000 dpi también permite regular la distancia.

Decíamos que no es una feria RGB en movimiento por diseño, pues solo se deja ver la luz bajo el logo y en torno a la rueda, y además está en nuestra mano que no lo sea gracias a su propio software de configuración, que sigue esa línea de facilidad de configuración. En general, todo el proceso de instalación es rápido y sin complicaciones, incluso para quienes quieren crear varios perfiles con distintos reglajes de movimiento y patrones de color.

De hecho, eso de "rápido y sin complicaciones" es el eslogan que podría aplicar a todo lo que tiene que ver con este modelo. Es un ratón gaming con todas las características que funciona de forma efectiva y aporta una gran experiencia de usuario sin nada exagerado. No hay un exceso de inputs: solo dos botones centrales, la rueda clicable, una palanca para modificar los dpi al vuelo y dos botones laterales. Si alquien necesita un modelo al que aplicar decenas de parámetros predefinidos, este no es, pero para quienes tienen claro su uso, es una gran alternativa.

Cada vez que terminamos de analizar un nuevo ratón gaming, solemos desenchufarlo y buscarle su salida, ya sea devolviéndoselo a la casa u otra. Y volvemos al SteelSeries Rival 600 de cabecera. Pero esta vez, el Kain 200 AIMO se ha ganado el derecho a quedarse un tiempo bien y luchar por ser el periférico de referencia en nuestras partidas. No se nos ocurre mejor comentario que este.