Análisis de Tomb Raider IV-VI Remastered

Hay en mí un amante un tanto pretencioso de Tomb Raider al que le encantaría intentar argumentar que la magia, el encanto y el carisma de esta serie de juegos empezaron a decaer por un margen significativo después de Tomb Raider II, pero eso no es cierto. Yo era de esta simple opinión hasta el año pasado, cuando, a falta de un independiente dispuesto, volví a visitar los tres juegos de la colección anterior, y me di cuenta relativamente rápido de que los tres juegos eran, y son, de un nivel relativamente alto. Recuerdo el tercer juego en particular como francamente malo, pero hoy lo clasificaría como claramente aprobable, mientras que la primera aventura se mantiene como uno de los juegos más notables de todos los tiempos.

También recuerdo lo cansada que estaba de la misma fórmula una vez que Core Design y Eidos sacaron el cuarto juego de la serie, Tomb Raider: The Last Revelation. Para entonces, tres años después del debut de la aventura original, ya estaba harto del mismo tipo de exploración, del mismo tipo de puzles basados en el entorno y del mismo tipo de controles de juego rígidos. Dicho esto, The Last Revelation (1999) nunca estuvo mal y, reviviéndolo ahora, me ha sorprendido lo infravalorado que está después de todo. El tema aquí es la astrología y cómo los astros gobernaban a los antiguos egipcios en particular, y es una historia bien escrita y sensiblemente estructurada, con maniobras bien elaboradas y un montón de puzles realmente ingeniosos, que conseguimos aquí. Y ello a pesar de que el equipo de desarrollo en este punto (The Last Revelation se estaba creando al mismo tiempo que Tomb Raider III, lo que significa que el equipo principal de Core Design se había dividido por la mitad y trabajaba el doble, en el doble de juegos) estaba completamente agotado.

El quinto juego de esta serie tan popular es Tomb Raider: Chronicles (2000), y cuando comienza la aventura, el mundo cree que Lara Croft está muerta tras los sucesos de The Last Revelation. Tenemos que jugar los "Niveles Perdidos" de Tomb Raider III y The Last Revelation a través de flashbacks arbitrarios en una aventura que parece estar por todas partes. Escenas sueltas improvisadas de juegos anteriores que se aprovecharon hasta la última gota porque Eidos exigió a Core Design que entregara un juego completo al año, más o menos. Claro que hay puzles ingeniosamente planeados, y claro que hay algo de exploración que me pasó desapercibida en ocasiones anteriores, y que ahora aprecio en lugar de evitar, pero en general, está bastante claro que Core Design estaba cansado de Lara Croft a estas alturas y que su imaginación se había agotado en gran medida.

El tercer juego de esta colección es nada menos que el olvidable Tomb Raider: The Angel of Darkness, al que aquí en Gamereactor recompensamos con un débil cuatro allá por octubre de 2003, y con toda honestidad, yo diría que fuimos bastante generosos. Porque se trata de un juego realmente miserable que no hace mucho más que frustrar. Core Design trabajó en paralelo en Tomb Raider III, The Last Revelation, Chronicles y The Angel of Darkness porque esta aventura se basaba en una versión completamente nueva de su propio motor de juego, ahora optimizado para PlayStation 2 en lugar de PlayStation, y con un enfoque diferente en cuanto a jugabilidad. Lara era ahora una aspirante a Solid Snake, capaz de acercarse sigilosamente, atacar a los enemigos por la espalda y estrangularlos sin delatar su posición, y en lugar de catacumbas y enormes sistemas de cuevas, muchos de los niveles eran entornos interiores de Londres, que no funcionaban de ninguna manera. The Angel of Darkness carecía por completo de ese encanto de Lara hace casi 22 años... y es aún peor hoy.

Y ahí es donde me encuentro cuando se trata de esta colección de juegos, cosa que no ocurría con Tomb Raider I-III Remastered. Estos tres juegos no son ni de lejos tan buenos como los tres primeros, si tuviera que comparar ambas colecciones. Dicho esto, es fácil ver todas las mejoras que Aspyr ha hecho en cuanto al trabajo de portabilidad en sí. Sigues pudiendo saltar libremente entre los gráficos antiguos y los nuevos y pulidos. La frecuencia de actualización tartamudea y tropieza mucho menos esta vez al realizar estos saltos, y el cambio entre "Controles modernos" y "Controles de tanque" (el original) fluye aún más suavemente, al igual que las dos nuevas animaciones añadidas para ayudar a Lara a escalar. Photo Mode también se ha ampliado y es absolutamente magnífico esta vez.

Tomb Raider IV-VI Remastered, por tanto, es un trabajo bien hecho en cuanto al esfuerzo de Aspyr, pero los juegos originales que han recibido un tratamiento moderno no están a la altura, lo que significa que la calificación general se queda en un cinco. No cabe duda de que se trata de un pedazo de la historia de los videojuegos, pero teniendo en cuenta lo mediocre que es Chronicles y lo malo que es The Angel of Darkness, me cuesta ver cómo puede llegar a ser un éxito de ventas.