PlayStation Portal es un producto extraño. Es extraño porque, por un lado, ofrece un valor bastante obvio a un consumidor muy específico, pero al mismo tiempo no logra ofrecer un conjunto más amplio de características que encajarían bien en la cartera general de productos PlayStation de Sony. Es un dispositivo portátil sin Bluetooth, sin un sistema operativo dedicado. Pero al mismo tiempo, lo he utilizado incesantemente en el tiempo que lo he tenido.
¿Dónde nos deja esto? Pues en que quizá merezca la pena dar un paso atrás. PlayStation Portal es una consola portátil, pero no en el sentido tradicional. Una "consola portátil" implica algún tipo de funcionalidad sobre la marcha, pero sin una conexión WIFI estable y rápida, Portal es totalmente inútil. Básicamente, su única función es ser una segunda pantalla de tu consola PlayStation 5. Así es como funcionan un montón de servicios de streaming, desde GeForce Now a Shadow, e incluso puedes conseguir algo parecido a exactamente la misma experiencia comprando un Backbone, o cualquier tipo de soporte de móvil para un mando Bluetooth, y transmitir los juegos de tu consola directamente a tu smartphone, tanto en PlayStation como en Xbox.
Puedes usar Portal desde una segunda residencia, en vacaciones, o en cualquier lugar donde técnicamente haya WiFi, pero a partir de ahí se añade un paso extra que introduce lag y poca capacidad de respuesta. Básicamente, Portal está más o menos diseñado para quedarse en la propia casa, actuando como una forma alternativa de jugar a tu PS5 cuando otros reclaman el televisor.
Como ya he mencionado en este sitio, esta funcionalidad limitada me atrae bastante directamente, y aunque ser crítico me exige a veces mirar más allá de la punta de mi nariz y ponerme en la piel de un consumidor más corriente, ha sido difícil, ya que Portal satisface una necesidad muy específica que yo tengo. Mis hijos pequeños ven la tele, o mi pareja a menudo quiere ver algo cuando estamos recuperando el aliento tras una larga y ardua cabezada. En esos casos, saco mi Portal y juego a Baldur's Gate III. Fácil, ¿verdad?
El diseño en sí es fácil de describir: coge un DualSense estándar, córtalo por la mitad e inserta un panel LCD táctil de 8" 1920x1080 a 60Hz. No renuncias a la respuesta háptica, a la toma de auriculares ni al USB-C: todo está aquí, y aunque la ausencia de Bluetooth en favor de una conexión PlayStation Link patentada para determinados productos de Sony es francamente irrisoria, no es porque le falte de nada, sobre todo a un precio de 219,99 euros, unos 100 € menos de lo que cobra Logitech por el G Cloud, que utilicé para más o menos lo mismo a principios de este año a través de mi Xbox Series X.
No es que sea particularmente elegante a la vista, y habría sido obvio proporcionar al consumidor algún tipo de forma de proteger el dispositivo cuando no se utiliza, una pequeña solapa para proteger la pantalla, o incluso una funda. Pero al mismo tiempo, tiene todo lo básico, y la duración de la batería, de seis o siete horas, es decente, pero no excelente.
Pero un hardware relativamente funcional a un precio bastante competitivo no puede distraer del hecho de que básicamente podrías usar tu teléfono como pantalla, con prácticamente cualquier mando, y conseguir exactamente la misma funcionalidad que ofrece Portal, solo que con Bluetooth, y sin pagar absolutamente nada. Lo que distingue a Portal es, por supuesto, el placer de contar con un dispositivo dedicado a una tarea específica, pero también que la experiencia de streaming en Portal es bastante buena.
En comparación con los colores ligeramente granulados y desvaídos que experimenté en Diablo IV en G Cloud, Portal consigue producir una imagen vibrante, contrastada y brillante, a pesar de ser una pantalla LCD. Es difícil de decir a primera vista, pero cuando lo probé contra un iPhone 15 Pro Max sentado en un mando Backbone, Portal parece producir menos lag y producir una imagen más bonita, pero como es a través de una conexión a internet, me resulta difícil hacer un esbozo usando parámetros que no sean simplemente... bueno, mis propios ojos.
Sin embargo, sigue significando que básicamente tienes que ir y gastarte 220 euros en algo que ya tienes. Significa que Portal es un producto algo confuso. Yo, como he dicho, lo he usado mucho, mucho más de lo que pensé que lo haría en un principio, y de hecho sigue siendo un buen argumento a favor de usar la PS5 como mi consola principal, porque me encuentro en una situación en la que usar este dispositivo dedicado cuando el televisor está ocupado es muy frecuente.
Puedo recomendar Portal a aquellos que puedan presentar un caso de uso similar, es decir, que haya niños robando la tele buena, o que poder jugar en el dormitorio, además de en el sofá, suene bastante tentador. Para todos los demás, Portal no está hecho para ti, lo que quizá diga algo sobre lo limitado que es este concepto.