El recién salido indie Minds Beneath Us no tiene absolutamente nada que ver con el proyecto multimillonario que fue Cyberpunk 2077. No rezuma el mismo diseño gráfico que este, ni se trata de un juego de acción en un mundo abierto con elementos de juego de rol y, desde luego, no ha sido desarrollado por el equipo que está detrás de The Witcher. No tiene nada que ver. Pero es que nada. Nadita de nada. Cero que ver entre sí. Y, sin embargo, mientras pasaba horas jugando a este juego no podía dejar de pensar en la oportunidad perdida que fue y que siempre será el desarrollo del concepto general de ciencia ficción y, principalmente, su vena ciberpunk, por parte del tan esperado blockbuster de CD Projekt Red. Porque lo cierto es que ese juego, en realidad, no tiene básicamente nada que decir. Sí, alguna cosita por ahí que da la sensación del tópico más repetido posible, pero en su conjunto: no tiene ningún mensaje y no tiene ninguna crítica social aguda, sátira, ni añadido alguno al candente debate sobre las tecnologías del futuro y cómo van a afectarnos.
Minds Beneath Us es todo lo contrario. El juego y su creador tienen mucho que decir, es controvertido y provocativo al mismo tiempo que señala cosas tremendamente obvias. Es sutil y te hace pensar y es también molesto y conmovedor. El cuadro de nuestro futuro que han pintado no solo es desolador, incómodo y a veces incluso repugnante, sino que está escrito con un gran entendimiento de las relaciones humanas, con una profundidad y empatía que pocos juegos tienen o hayan tenido nunca. Minds Beneath Us no es una obra maestra de las mecánicas de juego y sus gráficos sencillos e interacción limitada pronostican que para el final del año habrá sido completamente olvidado. Una tristeza. Pero en un mundo perfecto no habría quien no lo estuviera jugando, aunque solo sea por su gran historia y el modo tan inteligente que tiene de contarla.
El futuro es muy pero que muy oscuro. La energía disponible ya no basta para hacer funcionar los hiperordenadores del futuro en el escenario que nos presentan. Para que las salas de servidores funcionen se necesita el poder de procesamiento de un cerebro humano, así que múltiples personas son esclavizadas, mantenidas en un estado vegetal, apenas vivas, produciendo únicamente el nivel de pensamiento necesario para servir de combustible en esta distopía de parques de ordenadores. Los creadores hacen un comentario punzante sobre cómo la IA de hoy en día usa nuestros pensamientos, opiniones, historias e incluso nuestra lógica para entrenarse a sí misma, haciendo uso de muchos de los miedos que nos provoca el veloz desarrollo de la inteligencia artificial como un modo de criticar, profundizar y analizar, lanzándome como jugador a abismos más profundos de lo que estaba preparado cuando instalé el juego. Hay humanidad en esta historia. Muchísima, que es por qué me he quedado y continuado en vez de haber cerrado la partida y desinstalado el juego. Las personas de esta aventura parecen reales. Su comportamiento me resulta natural y siento que sus emociones son reales. Y, ya solo por eso, Bearbone Studio merece muchísimo crédito.
Minds Beneath Us está organizado como una aventura gráfica, por decir lo más parecido, aunque con una libertad de movimiento algo mayor de la habitual en el género. Las escenas en las que se desarrolla el juego son tridimensionales, tremendamente hermosas y dibujadas parcialmente a mano, mientras que todas las personas y personajes son sprites bidimensionales dibujados a mano. El contraste entre ambos crea una simbiosis perfecta con el contraste que se da entre los varios temas que se exploran tanto en tono como en concepto. La mezcla entre los desrostrados humanos, la tecnología intrusiva y la esclavización de la humanidad como contraste a todas las emociones presentes es sencillamente increíble.
Se echa en falta cierto grado de interactividad en algunos sitios y a veces las secuencias de diálogo son tan largas que parece que el juego está inmóvil. Pero si te mentalizas antes de empezar y lo que buscas es una aventura textual temáticamente brillante, enfocada en su historia y repleta de crítica social y de diálogos escritos con gran naturalidad... Entonces no cabe duda de que Minds Beneath Us es la sorpresa del verano que no debes dejar de probar.