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Análisis de los auriculares Sony LinkBuds

Por fin una idea original para escuchar música sin omitir el ambiente, pero tendrá que seguir madurando.

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Sony venía de 'pasarse' la cancelación de ruido en sus líneas de auriculares inalámbricos, tanto con los circumaurales WH-1000XM4 como con los intraurales WF-1000XM4 (y, sinceramente, ya con sus predecesores). Con estas dos gamas dominadas, era solo natural que el fabricante nipón quisiera innovar en un campo que llevaba más años estancado: el de los earbuds abiertos. Es decir, en lugar de procurar el máximo aislamiento y la mejor cancelación de ruido activa querían todo lo contrario, encontrar una nueva forma de ofrecer eso que llaman el 'ambient awareness'; permitir escuchar el sonido ambiente mientras se reproduce música o podcasts.

Para conseguirlo, han echado horas en la pizarra hasta terminar dando con el diseño de los Sony LinkBuds (WF-L900/WM), uno ciertamente innovador. Su premisa principal parece tan sencilla como ocurrente: dejar pasar el sonido a través de un agujero. Literalmente. Así, cada unidad, minúscula por cierto, se compone de dos partes circulares: una esférica para llevar el grueso de la electrónica y la lengüeta de agarre y la otra en forma de anillo, con el diafragma realmente hueco en el centro.

Análisis de los auriculares Sony LinkBudsAnálisis de los auriculares Sony LinkBuds
Sony LinkBuds: diseño innovador y diminuto.

¿Y funciona? En gran parte, la idea funciona, pero lógicamente conlleva sus implicaciones a varios niveles.

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Antes de reproducir música, lo primero que se nota es que los LinkBuds son auriculares realmente pequeños y ligeros. Con unos 4 gramos de peso se advierte la diferencia nada más sacarlos de su estuche (que también se permite ser más discreto de lo normal) y, sobre todo al ubicarlos en la oreja. Si consigues un agarre firme y cómodo, se puede decir aquello de que parece que no los llevas.

La cuestión es que, dado el peculiar diseño, alcanzar ese agarre perfecto puede ser un poco complicado. Por supuesto, en nuestros análisis siempre decimos que esta cuestión es muy importante y muy personal, y por eso recomendamos probar los intrauriculares inalámbricos y sus distintas tallas durante unas horas antes de comprarlos. Sí, sabemos que es difícil, pero es una de las claves para disfrutar estos productos. Los LinkBuds tienen un diseño ergonómico pero atípico, y aunque la aleta de sujeción ayude, hay que hincar bien el anillo en el interior de la cavidad para luego meter la pestaña de goma y girar la unidad hacia adelante para anclarla.

De nuevo, esto va por usuarios, pero el que escribe, si bien ha tenido momentos largos en los que coincidían agarre, comodidad y buen sonido, debe confesar que son demasiadas las caídas y los reajustes durante las muchas horas de pruebas (lo que a veces provocaba activar controles táctiles involuntariamente), y que a veces quedaba una molestia tras largos periodos de uso.

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El anillo del diafragma se introduce en la oreja y la aleta se agarra en la parte superior.
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Esto nos lleva al otro derivado del diseño en forma de '8': encontrar el mejor sonido no consiste solo en cuánto introduzcas los dispositivos, sino sobre todo en el ángulo del anillo del transductor respecto al interior del oído. Esto provoca que en ocasiones parezca que uno o los dos auriculares no suenan lo suficiente, llegando a pensar que hay un balanceo extraño en la canción actual.

Además, tanto el diseño en anillo (sin penetrar en el oído) como el espacio disponible evitan que se puedan colocar unos controladores cuya ubicación o tamaño sea suficiente para producir graves impactantes, sin duda la principal pega que podemos poner a una calidad de sonido bastante clara y decente teniendo en cuenta el espacio chiquitín para vivir. También es sorprendentemente buena la calidad de la voz en las llamadas, cuando otros auriculares con más micrófonos suelen fallar en ese apartado.

Para esta review hemos probado los LinkBuds en interiores tranquilos, paseando en un día de viento por Vigo, en el avión o trabajando. Es cierto que se puede percibir el ambiente a un volumen medio, pero también que el mejor sonido se consigue a volumen alto y en entorno silencioso, siempre con el ángulo adecuado. Además, la última consecuencia del diseño en anillo es que la gente de alrededor también los puede oír con facilidad, lo que se denomina 'leaks' de sonido. Por supuesto, el minúsculo tamaño también implica una duración de la batería más reducida.

En resumen, si quieres ser consciente de lo que sucede a tu alrededor mientras escuchas música o podcasts, hay que reconocer que la idea de Sony con los LinkBuds es muy original y funcional y que, si los puedes probar y te encajan, su tamaño y ligereza los hace tremendamente tentadores. Eso sí, no esperes que el bajo de Flea te golpee la sien en el último disco de los Chili Peppers, y evidentemente no son la mejor elección si te molesta el ruido del transporte público. Viendo su precio recomendado (180 euros, aunque con suerte los verás sobre los 150 euros), aquí se paga el invento porque es toda una novedad a precio de auriculares mucho más complejos, pero como ocurrió con la ANC en su día, quizá la segunda o tercera iteración de esta nueva línea de Sony sea la que marque un nuevo referente.

NOTA: Si lo que buscas es música de fondo no intrusiva y no te importa tanto la calidad y la finura, quizá debas probar los auriculares de de conducción ósea ('bone conduction'), que hacen vibrar el interior del canal auditivo apoyándose sobre el trago y saltándose el tímpano, dejando completamente descubierta la entrada auricular.

Análisis de los auriculares Sony LinkBudsAnálisis de los auriculares Sony LinkBuds
Comparación de tamaño y diseño: Sony LinkBuds VS dos modelos de earbuds de JBL y de Cambridge Audio.
07 Gamereactor España
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