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Análisis de la base de volante Thrustmaster T818

La empresa francesa Thrustmaster ha lanzado su primera base de volante con tracción directa, pero a Petter no le ha impresionado mucho.

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El Thrustmaster T300RS, al igual que el Logitech G29, han sido durante mucho tiempo las dos opciones más asequibles para aquellos que quieran conducir de verdad en sus juegos de carreras con un volante en lugar de un mando de mano, todo sin tener que pedir un préstamo al banco. Estos dos gigantes llegaron tarde al tren del 'direct drive', pero después del gran lanzamiento de Logitech del DD Pro cuyo diseño es un poco raro, ha llegado el momento de que Thrustmaster lo haga también. El T818 es un volante de transmisión directa (tecnología Direct Drive), lo que significa que la barra de dirección y el volante están conectados directamente a un motor eléctrico. Esto, a diferencia de la tracción por correa o cadena, significa que el jugador obtiene más feedback,una respuesta más rápida con más detalles y sin retardos.

El Direct Drive es una tecnología superior en ese aspecto, y gigantes del simracing como Fanatec llevan varios años produciendo bases de volante de distintos precios según su tecnología. Thrustmaster cuenta con su propia selección de volantes y bases de volantes. Al igual que Logitech, todos sabemos que siempre ha mantenido un precio bajo para alcanzar un público objetivo más amplio y orientado a las carreras. Me han gustado mucho sus volantes T300RS y TS-XW, son muy bonitos y su precio es razonable. Se sabía de antemano que el T818 sería un competidor del Fanatec CSL DD y del Logitech DD Pro en lugar de un producto revolucionario como el Fanatec DD2 o el Simucube 2 Pro.

Análisis de la base de volante Thrustmaster T818

Puede que no esté tan bien después de todo. El T818 cuesta 649,99 euros, y aun así no incluye el volante, por lo que te ves obligado a desembolsar otros 120 euros más para hacerte con el volante más barato de Thrustmaster. Sin darte cuenta, ya te has gastado unos 760 euros por la base y el volante. Además, tienes que comprar la placa especial de Thrustmaster para montar el T818 en tu sim-rig (la tornillería M6 de la base del volante no encajan ni con el material de Simlab, Trackracer, Swedish Rig Designs o Next Level Racing, ni siquiera con el Rennsport Cockpit de Fanatec). Ese "adaptador" de montaje sencillo cuesta unos 24 euros más, con lo que estaríamos hablando de un precio que ya ronda los 784 euros solo de base. Entonces, ya te estás gastando un dinero por el cual otras bases de volantes más impresionantes compiten por el trono.

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Logitech DD Pro cuesta un poco más, al igual que el DD1 de Fanatec y la alternativa de Simucube. Pero la pregunta de verdad es si Thrustmaster puede competir con estas impresionantes máquinas. Por desgracia, la respuesta es no. Voy a intentar dejarlo lo más claro posible. Empezaré hablando primero del diseño y la funcionalidad antes de entrar en la calidad del sistema de retroalimentación de fuerza y el software. Primero, quiero destacar la poca clase que tiene este patrón de tornillería de montaje y el problema que supone tener que montar el T818. Yo no quería perforar más agujeros en mi equipo ni pagar más por la placa de montaje. El hecho de que la base del volante es hexagonal hace que se quede demasiado alto al montarlo, cosa que afecta a la estabilidad, ya que la placa sobre la que se apoya es mucho más estrecha que la anchura de la carcasa del motor. Una vez montado con el adaptador de Thrustmaster, nos encontramos con otro disgusto: el nuevo sistema para quitar rápidamente el volante (quick release). Thrustmaster ha implementado este nuevo sistema y, al contrario de lo que pasa con los volantes de la competencia, desgraciadamente este no es precisamente bueno.

Análisis de la base de volante Thrustmaster T818

El mayor problema son los materiales de fabricación. El nuevo sistema de liberación rápida del volante está hecho de plástico. Es un material demasiado blando y no se flexiona, por lo que considero que es una de las peores desventajas del T818. En primer lugar, el acoplamiento de la base del volante sí se flexiona, y creo que el plástico se desgastará más rápido de lo que Thrustmaster piensa. Los tres volantes Thrustmaster que probamos junto con el T818 también son bastante flexibles. Es en este punto donde deberían haberse fijado mucho más en la tecnología sencilla NRG que Logitech utiliza en su DD Pro.

Jugar principalmente a Dirt Rally 2.0 con un Thrustmaster Sparco P310 montado en el T818 hace que el volante se flexione como ningún otro que haya probado con transmisión directa con el torque de torsión ajustado al máximo (100%). Creo que el sistema de liberación rápida es demasiado "suave", camino equivocado a seguir. En los círculos de sim-racing se habla a veces de que el cierre rápido de Fanatec, de hace 15 años, no está hecho para la tecnología DD y que cuenta con puntos de holgura que no debería tener, y parte de esa crítica es cierta. Sin embargo, la solución de utilizar acero de Fanatec es, por más vueltas que le des, un 200% mejor que cualquier cosa que Thrustmaster haya hecho en ese aspecto. Es una pena.

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Análisis de la base de volante Thrustmaster T818

Respecto al software que tiene el objetivo de "ajustar" la experiencia en juegos como Automobilista 2, Assetto Corsa Competizione y Dirt Rally 2.0, el software y los ajustes de Thrustmaster son lamentablemente pobres. No ofrece suficientes opciones de personalización y el software en sí parece más un programa Dos casero del 1997 que otra cosa. Con Dirt Rally 2.0, me he sentado durante varias horas intentando ajustarlo y encontrar la sensación "correcta" en el T818, pero no he podido conseguirlo. O bien porque la parte del sistema de retroalimentación de fuerza se siente demasiado suave y resbaladiza, como si mi coche se deslizara unos 12 centímetros por encima del suelo, o bien porque la sensación del volante se vuelve áspera, siendo muy brusco y haciendo que la conducción sea más difícil de lo que debería ser.

Análisis de la base de volante Thrustmaster T818

Comparado con la suavidad del volante y lo fácil que es girar a la derecha en un rally con el Logitech DD Pro, el Thrustmaster se queda muy atrás. La cosa empeora todavía más con el Assetto Corsa Competizione, con el cual no obtengo ninguna sensación de conducción lógica en absoluto, además de que hay algo que no me convence en el sistema de retroalimentación de fuerza de este volante. La sensación es la misma que la de un pequeño altavoz cuando lo pones al máximo volumen. Como si todo el rato estuviera al máximo, sin mantener un ritmo y tratando de compensarlo añadiendo más efectos.

En Automobilista 2 he podido controlarlo mejor, y a pesar del extraño sistema de montaje, la forma molesta y el sistema de liberación rápida de mala calidad, el sistema de retroalimentación de fuerza de ese juego iba bien con el T818. Pero no diría que este volante es mejor que el CSL DD con el kit de refuerzo, y eso que cuesta la mitad. También creo que sobre todo el Fanatec DD1 (que actualmente cuesta unos 1200 euros) y el Logitech DD Pro son mucho mejores que el primer intento de Thrustmaster. Como fanático de la simulación de carreras, me gusta mucho el hecho de que cada vez más fabricantes estén yendo a por todas, pero se han precipitado con el T818 y no lo recomiendo para nada.

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