Existen innumerables modelos de auriculares inalámbricos en el mercado, por lo que necesitas algo que te haga desmarcarte del resto. En ese sentido, JBL ha tomado otro camino y han decidido que el estuche de su último modelo de la serie Tour Pro venga... con una pantalla. Por lo demás, se trata de un modelo bastante normal.
La pantalla nace con el fin de que puedas controlar todas las funciones que normalmente controlarías desde la aplicación de JBL o desde tu reproductor de música o servicio de streaming habitual. No es mala idea, pero lo que te lleva un par de toques en el móvil te lleva cinco en la carcasa. Además, reconozco que se me hace raro manejar mis auriculares, que vienen con controles táctiles con todas las funciones relevantes, desde la funda. Y, como friki de la informática, debo decir que me parece muy poco acertado que no se diga claramente en ningún sitio la resolución o el tipo de panel que se ha utilizado.
Por otra parte, el manual podría mencionar que lo primero que hay que hacer es retirar dos piezas pequeñas de plástico que vienen de fábrica en los propios auriculares.
Por lo demás, es justo lo que cabría esperar: bastante plástico con una buena supresión de ruido pasiva de silicona, reducción de ruido adaptativa, bastante software que personalizar, incluyendo el sonido espacial y una duración de la batería razonablemente buena. En cambio, no sé si debido o no a la pantalla, pero he notado que la batería baja alrededor de un 10 % al día incluso sin usarlos, algo que me parece excesivo. Por otro lado, mientras veo algunos medios que alaban la carcasa como si mereciera un premio por su diseño, he de decir que parece como cualquier otra, además de ser más grande y menos funcional. De hecho, es casi el doble de grande que la de mis auriculares habituales y bastante más pesada. Sí que es cierto que pueden cargarse inalámbricamente, algo razonable teniendo en cuenta su precio.
Por 280 € también cuentas con protección IPX5, que viene a ser... casi lo mismo que nada, e incluso si el sonido tiene buen cuerpo y buenos bajos, le falta algo de resolución, algo que puede deberse a que todavía no cuenten con AptX ni AptX HD, algo que espero en unos auriculares que cuestan la mitad. Sí que es cierto que la reducción de ruido funciona bien. Y la funda se carga rápido.
La calidad de las llamadas es también bastante buena, así que muy bien. Aunque creo que los auriculares como tal parecen plasticosos y baratuchos, entiendo que esto es necesario para poder hacerlos lo más ligeros y cómodos posible.
En general, estoy bastante dividido. Porque sí, en el papel te ofrecen mucho, pero también son muy caros. Sin embargo, acabas quedándote con una sensación extraña de que te has gastado el dinero en una funda que, más que nada, es una parafernalia inútil mientras no te ofrece otras cosas más esenciales, como tener que pagar por un adaptador AptX. Y es una pena, porque la cancelación de ruido, la duración de la batería (me duraron 35 horas con la cancelación de ruido al máximo), la comodidad y la calidad de las llamadas son todas muy buenas y, salvo que estés dispuesto a pagar más de 280 €, la calidad de sonido está también muy bien.
JBL, vuestros productos de estudio demuestran que sois innovadores y que podéis ofrecer productos de enorme calidad incluso para los presupuestos más ajustados. ¿Por qué no ocurre lo mismo con vuestros auriculares inalámbricos?