Análisis de Horizon: Zero Dawn Remastered

Aunque sólo lleva en nuestras vidas algo más de siete años, sigue siendo una parte muy importante de nuestra historia en los videojuegos. Me refiero a Aloy, por supuesto. Cuando Guerrilla Games decidió crear un juego de mundo abierto, tomó prestado mucho de lo que ya existía, pero aun así Zero Dawn me pareció bastante fresco en muchos aspectos. Hubo dos cosas en particular que destacaron: Aloy era un personaje genial y el mundo era increíblemente bello. Recuerdo que durante mis horas con el juego pensé que estaba entre los más logrados técnicamente que había visto nunca. Me impresionaron increíblemente los efectos visuales de entonces y, de alguna manera, siento que este remaster sobre todo hace lo que suelen hacer este tipo de pulidos: Hace que veamos el juego hoy como lo veíamos entonces. Sabes que es una mejora visual, pero sigue pareciendo el mismo, de alguna manera.

Conocemos la historia: Aloy es una marginada de la tribu de los Nora que de niña encuentra un objeto misterioso al caer en una cueva. Estamos en un mundo postapocalíptico en el que los humanos han vuelto a un estilo de vida más primitivo y conviven con robots parecidos a dinosaurios. De repente, estos empiezan a desbocarse, y la razón de que esto ocurra es uno de los muchos misterios que debemos desentrañar durante esta aventura.

Es posible que alguien coja este remaster para jugar a Horizon: Zero Dawn por primera vez, pero creo que la mayoría de los curiosos ya han jugado al original, o al menos lo conocen. Como ya he dominado la historia tal y como sucedió, voy a adentrarme más en esta versión para hacer una comparación limpia. Para resumir lo que pienso del juego como tal, como amante de los mundos abiertos, soy alguien que lo apreció mucho cuando salió. Me gustó la atmósfera, el mundo, la historia y luchar contra la gente. Para los que quieran saber más sobre el juego como tal, pueden leer nuestro análisis de cuando salió por primera vez.

Para cuando me reencuentro con Aloy, como ya he dicho, han pasado más de siete años. De hecho, nos acercamos a los ocho. Inmediatamente me doy cuenta de que, desde un punto de vista puramente técnico, no hay duda de que Zero Dawn Remastered tiene el aspecto que imagino que tenía el juego cuando me impactó en 2017. Pero, al mismo tiempo, me doy cuenta de que no es así. De todos modos, el aspecto visual es de primera categoría y, sin duda, una de las cosas técnicamente más bellas que puedes experimentar en consola. La iluminación es especialmente magnífica, pero hay muchas otras cosas que también han mejorado mucho. Una notable es que los lugares poblados del juego parecen mucho más vivos, con más personajes. Hay, sin embargo, algunos comportamientos extraños de los personajes añadidos, que deambulan de forma clásica, en el sitio o en círculos. Pero el ambiente es mucho más denso y poblado. Si haces comparaciones limpias entre el aspecto que tenía en febrero de 2017 y el actual, no hay duda de que se ha puesto mucho cuidado y trabajo en subir el listón. A ello se añaden muchas horas de nuevo trabajo de captura de movimientos que hace que las secuencias de diálogo sean mucho más vívidas.

Pero... porque sí, hay un gran 'pero', cabe preguntarse si realmente tiene sentido remasterizar un juego que es tan "joven" y sigue teniendo un aspecto tan increíblemente bueno. Horizon Zero Dawn tenía y tiene un aspecto fantástico, y aunque esta versión del juego es muy buena, puedes filosofar sobre su necesidad durante mucho tiempo. Es decir, podrías argumentar que podríamos tener otro en el futuro que se ejecute a 120 fotogramas y en 8K en el que también las caras de los personajes se vean como en las escenas. Es algo mejorable, de nuevo, si quisieras eso. Pero cuando la base ya es fantásticamente bella, parece un poco innecesario, después de todo. Además, hay algunos fallos visuales, así que no es del todo perfecto. Pero, por otro lado, tenemos secuencias en las que Aloy habla con alguien que parece mucho más vivo, tenemos efectos climáticos y de luz estupendos y tenemos asentamientos con más personajes y más vida y movimiento. Si además pones este remaster junto a su secuela Forbidden West, también tenemos dos juegos que parecen más coherentes juntos.

También descubro que en cuanto empiezo de nuevo el primer viaje de Aloy, me engancho otra vez. Sigue siendo una aventura grandiosa y entretenida en muchos sentidos. Los entornos son increíbles y cuando la luz cae entre el follaje, me detengo y utilizo el modo foto del juego. Las secuencias de acción contra las máquinas son a menudo absolutamente fantásticas y, además, la expansión está incluida y si tienes el original, pero quieres actualizarte, el precio de esta edición es muy asequible.

La mecánica del juego como tal está intacta, lo que lo hace un poco limitado en algunas cosas. Recuerdo que en 2017 reaccioné al hecho de que no podías saltar hacia arriba o por encima de cosas que llegaban a las rodillas de Aloy y que la escalada es más elaborada que en la secuela. Pero si no has jugado a esto en casi ocho años o estás a punto de experimentar la aventura por primera vez, esta versión es una buena razón para hacerlo de nuevo o la mejor forma de hacerlo por primera vez. Por tanto, es bastante difícil oponerse a esta nueva versión cuando es tan fantástica como lo es en muchos aspectos. Aunque todavía no pueda desprenderme de la idea de que realmente no era necesaria.