Análisis de Completely Stretchy

Completely Stretchy es uno de esos títulos raros como sí solos que nos llegan y son tan alocados y peculiares que no sabemos muy bien cómo procesarlos. Eso no es para nada algo malo, solo quiere decir que son diferentes e inusuales, pero normalmente ese tipo de títulos nos dejan con experiencias inolvidables, como ya pasó hace unos años cuando salió Bugsnax.

El planteamiento de Completely Stretchy es prácticamente indescriptible por su naturaleza aleatoria. Al jugar, nos metemos en la piel de un personaje extraño que, tras un accidente en el laboratorio, pasa a ser una criatura elástica y pegajosa de color azul. A partir de ahí, queda en nuestras manos usar las nuevas habilidades físicas del personaje para explorar tres niveles abiertos y encontrar a los Elektros, unas criaturas negras y peludas que sirven como fuente de energía estable para las islas conocidas como las Islas Grombli. Llegado a este punto, todos estamos muy confundidos, pero así es como Completely Stretchy quiere quiere que estemos durante toda la experiencia, haciéndonos aceptar lo extraño y lo antinatural. Y no sé ni cómo lo hace, pero con su dinámica de juego sencilla y entretenida funciona a la perfección.

Completely Stretchy nació a partir de las ideas del desarrollador Dan Ferguson y este cedió más tarde las responsabilidades de desarrollo al equipo de Wrap Digital, que se encargó de darle los retoques finales. Es pura aventura, no sigue una historia central como tal. En su lugar, simplemente exploramos las tres islas, hablamos con los lugareños, completamos las tareas y misiones que nos piden, partimos en busca de referencias y secretos de lo más absurdos, capturando a todos los Elektros que encontremos por el camino. Debemos hacer todo esto para poder reparar el reactor principal de energía de las Islas Grombli y dar con la manera de volver a la normalidad y dejar de ser azul o elástico. Los diálogos no tienen voz y las misiones que debemos cumplir no son realmente serias. Nos centramos simplemente en explorar e interactuar con todo lo que vemos y, por lo general, simplemente en existir en un terreno de juego que es de todo menos serio y solo se puede describir como un sueño o una alucinación de lo más alocada.

Esto explica por qué lo mejor de Completely Stretchy es nada más y nada menos que su dinámica y su movimiento. Usamos nuestros poderosos brazos para balancearnos y lanzarnos por todo el mundo, trepando y impulsándonos desde cualquier cosa que podamos alcanzar. Podemos decidir entre escalar el edificio más alto de toda la isla o adentrarnos en las cuevas más profundas para descubrir los secretos que guardan. Pero, sin importar qué decidamos hacer, el rango de movimiento mejora nuestra experiencia al darnos todas las herramientas y habilidades necesarias para desplazarnos a cualquier sitio sin problemas. El sistema de físicas y la fluidez con la que cuenta el movimiento garantiza que Completely Stretchy sea muy entretenido, pero esto no implica que no haya ningún detalle a mejorar.

Por un lado, como no hay una historia central, el proyecto no sigue una dirección concreta. Completely Stretchy se basa en cómo decidimos jugarlo. Lo que quiero decir con esto es que nuestras misiones y aventuras dependen de lo que se nos ocurra, ya que la mayoría de misiones secundarias las podemos completar en un momento y no son nada relevantes. Las islas, por muy extravagantes que sean, están algo vacías en cuanto a elementos que nos llamen la atención, lo que me sorprendió mucho teniendo en cuenta lo pequeñas que son. Aunque hay varios edificios a los podemos entrar, cajones y armarios por abrir, montañas por escalar, cascadas por explorar y contenedores por inspeccionar, muy pocas veces nos encontramos con algo verdaderamente interesante. Por lo general, nos topamos con algún Elektro, algún chiste absurdo, alguna referencia a la cultura pop o con nada en absoluto, como pasa la mayoría de las veces. Las referencias que usa pueden sacarnos alguna que otra risilla, pero los chistes acaban perdiendo su gracia y, cuando llegamos a ese punto, pasamos a ver Completely Stretchy como una experiencia algo vacía y limitada.

He de admitir que el rendimiento es de alta calidad y que no he visto ningún problema técnico mientras exploraba las Islas Grombli, pero me pareció que el mapa no funcionaba como se esperaba. Al final, acabó resultando algo torpe, rígido y difícil de manejar, lo que es una auténtica pena porque está claro que Warp Digital ha querido poner un gran énfasis en esto, trayéndonoslo como un modelo 3D en vivo, rico y con gran detalle del mundo del juego. Es increíblemente bonito, pero simplemente no funciona.

Por otro lado, la dirección artística destaca mucho y encaja a la perfección en esta obra. Se podría argumentar que es algo insípida, especialmente por su paleta de colores, pero creo que funciona bastante bien como base para este mundo tan extravagante y lo hace más agradable. La banda sonora también cumple su papel con creces, lo que es especialmente importante ya que no hay diálogos ni audio relevante, más allá de los efectos de sonido básicos y la música de fondo.

En resumen, Completely Stretchy me ha dejado con una mezcla de sentimientos. La naturaleza corta y concisa de la experiencia, lo extravagante que es y el divertido movimiento que ofrece me han entretenido bastante y me han sorprendido mucho a lo largo de todo el juego. Pero, a su vez, me ha parecido que no tenía ningún as bajo la manga. Es un título que da la impresión de ser muy profundo e incluir contenido variado, pero que en realidad solo intenta ser algo más de lo que se ve a simple vista. Sin duda, me voy a quedar con el recuerdo que me ha dejado Completely Stretchy, porque el título en general es tan absurdo como único, pero no me parece algo que realmente vaya a marcar la historia de los juegos indie.