Para mi, una actualización a la nueva generación de consolas del viejo Overwatch es como para tenerla en cuenta. Va camino de cumplir cinco años y se supone que tiene a Overwatch 2 pisándole los talones, pero aún así conserva una base amplia de jugadores y es protagonista de una de las ligas más potentes de eSports. Blizzard tampoco se ha dado mucha importancia, porque coló esta "versión next-gen" en una actualización cualquiera, sin fanfarrias; ni un mero tuit. Pero con el logo tan vistoso X|S a su lado es difícil pasarlo por alto.
Tanto como el propio contenido, está haciendo ruido la exclusividad. Porque el parche de nueva generación solo ha llegado a Overwatch para Xbox Series X y Series S, pero no a PlayStation 5. Los usuarios de esta consola siguen amarrados a la versión retrocompatible de PS4, con sus ventajas, pero sin mejoras. Lo peor es la incertidumbre, porque nada se sabe de los motivos por los que falta o si llegará más pronto que tarde.
Conspiraciones a un lado, el caso es que me he bajado la actualización para probarlo y comprobar cómo son estas tres opciones de configuración gráfica que ofrece. La opción Resolución es para sacar el máximo y permite jugar a 4K y 60 fps en XSX y a 1440p y 60 fps en XSS, con algo menos de calidad de los activos. En Equilibrado, texturas y efectos están al máximo y también se logran los 60 fps, pero con resoluciones máximas 1440p y 1080p respectivamente. Por último, Blizzard ha producido un modo Framerate que permite llegar a los 120 fps en pantallas que lo soporten, pero con la calidad mermada y la resolución capada igualmente a 1400p y 1080p según el modelo de consola.
Teniendo en cuenta que es un juego que funciona a la perfección a 60 fps, me picaba la curiosidad de duplicar la tasa de fotogramas para ver cómo afecta a un shooter que de por sí ya es rápido. En el foto Framerate, Overwatch es más enérgico y fluido. Ya no parece que esté intentando seguir el ritmo al jugador, pero como es tiene uno de los toques más inusuales de entre los shooters en primer persona de consola, queda un poco raro. Espera que el extra de fps eliminase esa sensación, como pasa con Rainbow Six: Siege, pero la verdad es que no. A la hora de configurar el control, sigue presente el dilema entre dar prioridad a movimientos rápidos y reactivos u optar por la precisión. Esto lo entiende muy bien que prueba este juego viniendo de Call of Duty: Black Ops Cold War, Battlefield V o el propio R6.
Completada esta prueba, cambié al modo opuesto, al que han llamado Resolución. Aunque se ve estupendamente, no es que sea un juego con el que te quedas pasmado viendo los detalles del escenario. Y como no se aprovecha a la hora de jugar, en el gameplay puro, pues lo normal es descartar esta opción pronto. Como le pasaba al de Ubisoft al recibir la mejora visual, es un shooter y no está hecho para eso, así que lo lógico es tirar a por la alternativa que mejor la fluidez, por muy bien que se vea a resolución 4K.
Lo que ha hecho Blizzard a diferencia de otros estudios es producir un modo intermedio, el Equilibrado o 'Balanced'. Después de probarlo pienso que, al menos en Xbox Series X, se lo podían haber ahorrado, porque sigues jugando a 60 fps como en Resolución, pero se ve peor. Quizá sean los usuarios de Xbox Series S quienes le van a sacar más partido, pero a tenor de las especificaciones técnicas compartidas, tampoco parece su particular panacea. A falta de esta versión, aquí queda el comentario.
Han mejorado drásticamente los tiempos de carga. Si ya eran rápidos con la versión retrocompatible (es decir, jugando al juego de Xbox One en una consola nueva), ahora son eléctricos. Es encender la consola y ponerte a jugar en cuestión de segundos. Esto no es broma: tardas más en abrir una caja de botín que en tener el juego cargado.
No lo he mencionado, pero es importante dejarlo claro. La actualización next-gen de Overwatch en la familia Xbox es gratis para quien ya lo tuviera. Visto así, no hay ningún motivo para quedarse con la antigua en caso de tener una Series X o Series S, porque la mejora siempre se agradece, pero es una de las optimizaciones que menos impresionan de todas las que han ido saliendo en estos cuatro meses de nueva generación. La diferencia está ahí, sobre todo por los 120 fps, pero no es sustancial.